El libro bíblico del Génesis define, en buena medida, la idea cristiana de peregrinación. La tradición cristiana entiende que el primer libro de la Biblia presenta a los seres humanos como exiliados en un mundo a menudo inhóspito, distanciados tanto de Dios como de los demás. Narraciones bíblicas posteriores insisten en que este estar exiliado es un atributo fundamental de la existencia humana. Las peregrinaciones son, tanto metafórica como espiritualmente, formas de deshacer dicho exilio, como si se caminara de regreso a casa.
Incluso una lectura superficial deja en claro que el exilio es una constante en todo el Antiguo Testamento. Abraham y sus descendientes van de un exilio a otro: Egipto, el desierto, Babilonia. Pero el hecho de que la peregrinación también ocupe un lugar prominente en la mayoría de estas narrativas deja en claro que ambas experiencias (peregrinación y exilio) comparten rasgos comunes. De hecho, los muchos y diferentes exilios y desplazamientos que encontramos en las Sagradas Escrituras son en sí mismos peregrinaciones, llenos de un rico significado espiritual.
Peregrinaciones y exilio en la Biblia
Estos motivos juegan un papel clave en el pensamiento cristiano. A menudo, se resumen con una sola palabra: éxodo. El Evangelio de Lucas (cf. Lc. 9, 28-36) utiliza esta palabra, éxodo, para referirse a la muerte y resurrección de Jesús. En el griego original, éxodo es una palabra compuesta, formada a partir del prefijo “ex” (salida) y “hodos” (camino, ruta, vía). Literalmente, exodos es “ponerse en camino,” “salir al camino”. En la Transfiguración, encontramos a Jesús, Moisés y Elías hablando sobre el éxodo de Jesús, “que estaba a punto de llevarse a cabo en Jerusalén”. Lucas usa la palabra en una obvia alusión al éxodo de Moisés (la salida de Egipto), y a la partida de Elías de este mundo, entrando vivo al cielo “en un torbellino”, literalmente saliendo de este mundo para entrar enotro.
Pero este no es un rasgo exclusivo del evangelio de Lucas. Todos los escritores del Nuevo Testamento destacan la inevitable fugacidad de este mundo (cf. Jn. 2, 17; 1 Co 7,31; St 1,11), animando a los creyentes a entenderse a sí mismos como “peregrinos y extranjeros en la tierra” o como “residentes temporales” cuyo verdadero hogar se encuentra en el cielo (1 Pedro 2, 11; Hebreos 11, 13). Estos textos invitan a percibir la vida cristiana como un camino hacia esa patria, dando así a la peregrinación cristiana una dimensión tanto interior como exterior.
Los primeros peregrinos cristianos visitaban, naturalmente, los lugares asociados con el nacimiento, la vida, la crucifixión y la resurrección de Jesús, pero también aquellos vinculados con los primeros santos y mártires de la iglesia. Luego, estas peregrinaciones se extendieron a otras áreas y aspectos de la vida cristiana y a la historia de la iglesia en general. Los testimonios más tempranos de estas prácticas se remontan al siglo III, y muchas descripciones de peregrinaciones cristianas en Tierra Santa datan del siglo IV, dejando en claro que, desde los primeros siglos del cristianismo, peregrinar era una actividad bastante común. Incluso, varios Padres de la Iglesia, tanto orientales como occidentales, destacan la importancia espiritual de este tipo de viaje.
Turismo Religioso Juvenil
Uno nunca es demasiado joven para ser peregrino. De hecho, la juventud en sí misma es un viaje, una salida de la infancia hacia el mundo desconocido de la edad adulta. Esa es una de las razones por las que nació el proyecto de Turismo Religioso Juvenil.
Youth Faith Tourism es un proyecto financiado por el Ministerio de Turismo de Malta, y gestionado por la Federación Nacional Maltesa de Exalumnos y Amigos de Don Bosco. Su misión consiste en crear el tipo de experiencias que podrían ayudar a los jóvenes a descubrir las profundidades de sus propias vidas, a través de la autoexploración y el compromiso con la naturaleza, la cultura, y los viajes; en definitiva, embarcándose en la aventura interior y exterior de la peregrinación.
La organización, que forma parte de la Familia Salesiana con sede en Malta y Gozo, sigue los valores del movimiento mundial de Don Bosco. La experiencia que ofrecen es cuádruple, ya que pretende proporcionar a los jóvenes que se unen a sus viajes espacios que se conviertan simultáneamente en yb hogar (para que se sientan libres, aceptados e incluidos), un patio de recreo (donde puedan divertirse y descubrir las alegrías del tiempo compartido y la solidaridad), una escuela (donde puedan crecer en conocimiento y responsabilidad), y una iglesia (donde puedan buscar y encontrar significado). Es resumen, ofrecen un espacio de acogida donde los jóvenes se sienten apoyados y acompañados en su viaje de crecimiento personal.
Youth Faith Tourism ofrece sus proyectos a jóvenes de todo el mundo, presentándoles el rico patrimonio cultural y espiritual del archipiélago maltés: sus sitios y lugares famosos, su entorno, sus tradiciones y su cultura. Explorando lo que las islas maltesas ofrecen, los jóvenes pueden participar en actividades de fe e iniciativas de autoexploración, ayudándoles a aprender habilidades importantes para la vida y sociales.
Los Caminos de Malta y Gozo :
Mientras que el famoso Camino de Santiago sigue siendo la más popular de todas las rutas de peregrinación en el cristianismo, Malta y Gozo tienen sus propios caminos. Esto no debería sorprender, ya que el cristianismo maltés es tan antiguo como la predicación paulina. Mientras viajaba para ser juzgado en Roma en el año 60, Pablo naufragó frente a la costa noroeste de Malta y pasó los innavegables meses del invierno allí. Durante su estadía, convirtió al gobernador de la isla, Publio (primer obispo y santo de Malta), estableciendo las raíces mismas del cristianismo maltés. Lucas cuenta la historia de la siguiente manera, en Hechos 28, 1-10:
Los caminos malteses ofrecen una oportunidad para descubrir Malta a través de una lente diferente. La isla, dicen algunos, es una gran iglesia. En cierto modo tienen razón: lo es, en más de un sentido. Para empezar, el archipiélago alberga más de 365 iglesias. Los malteses a menudo bromean diciendo que podrían asistir a misa en una iglesia diferente todos los días del año si quisieran. Lo que podría parecer una exageración (¿por qué tantas iglesias en un país que es 2,5 veces más pequeño que la ciudad de Nueva York?) tiene sentido si se tiene en cuenta que Malta es el país europeo con la mayor densidad de población (poco menos de 1300 personas por kilómetro cuadrado) y el país con el mayor porcentaje de católicos en todo el continente: casi el 98% de los malteses son (¡orgullosamente!) católicos.
Además, el paisaje del archipiélago se presta para la contemplación. Las rutas que componen el Camino Maltés lo exploran en su integridad. Si es cierto, como Agustín y otros filósofos cristianos afirmaron, que uno puede vislumbrar la perfección de Dios mirando las muchas bellezas de la creación, Malta podría ser una especie de parque de diversiones para los contemplativos: el archipiélago ofrece playas excepcionales, acantilados que se elevan desde sus aguas cristalinas, impresionantes grutas naturales, y exuberantes valles verdes.
Aleteia tuvo la oportunidad de entrevistar al Sr. Louis Debono y a la Sra. María Aquilina, responsables del proyecto. La entrevista ha sido editada para mayor claridad.
A.- La necesidad de desarrollar y facilitar experiencias para que los jóvenes se embarquen en un viaje de autoexploración y compromiso con la naturaleza, la cultura y los viajes, es evidente. ¿Cómo se les ocurrió la idea de un Camino en Malta y Gozo?
En muchos países, la idea de un “Camino” está estrechamente asociada con un viaje personal de descubrimiento. Contemplar y recorrer la naturaleza puede ayudar a una persona a llegar a descubrir su riqueza interior. Esto no sucede en todos automáticamente. Muchas personas necesitan apoyo para dar el primer paso que les ayude a entender que una actividad física es también espiritual. Este Camino ofrece la opción de experimentar ambos, ya que está relacionado con la experiencia del apóstol Pablo, cuando trajo la fe católica a Malta.
R.- Los jóvenes son bombardeados con virtualidad: videojuegos, internet, metaversos. ¿Qué crees que pueden aprender los jóvenes de un Camino como este?
Cada uno elige aprender lo que quiere y necesita. Estar en contacto con la naturaleza, el esfuerzo físico que implica llegar al destino, y las reflexiones con las que cada persona está invitada a trabajar, apoyan y apuntalan el viaje espiritual. Desarrollamos una aplicación para el Camino, que ofrece a los jóvenes la oportunidad de usar su teléfono móvil para un propósito diferente. Los dispositivos móviles se convierten así en una forma de ponerse en contacto con su ser interior.
R.- ¿Cómo se inspira esta experiencia en los valores salesianos fundamentales?
Don Bosco siempre quiso ayudar a los jóvenes a encontrar la felicidad en sus vidas. Trabajó arduamente para crear experiencias que invitaban a los jóvenes a tomar conciencia de sus necesidades espirituales. También llevó a los jóvenes a pasear al aire libre, no solo para que se diviertan, sino también para que aprendan valores y tomen conciencia de la presencia de Dios en sus vidas.
A.- ¿Cuáles son las “estaciones” espirituales o aspectos más destacados de este Camino?
Toda la aventura del Camino es una experiencia espiritual. Los participantes, jóvenes y no tan jóvenes, tienen sus propios momentos especiales mientras lo recorren. Hay algunos lugares religiosos significativos de gran interés, como el Santuario de Ta’ Pinu. Otras capillas y santuarios más pequeños nos recuerdan la fuerte herencia religiosa que tenemos en Malta y Gozo. En última instancia, cada viaje es único. Cada paso en el Camino es una oportunidad que puede llegar a ser muy significativa en la vida de quien lo recorre.
Este contenido ha sido presentado en asociación con la Autoridad de Turismo de Malta.
La MTA y Aleteia quieren reconocer y agradecer a los voluntarios: Baia Dotchviri, Nicolò Sensi y Lucia Urban Alonso, para los Salesianos de Malta.