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Oficialmente, no hay católicos nativos en Afganistán. En 1933, sin embargo, se estableció en Kabul una sola capilla, en la embajada italiana.
Esta capilla sirve a los extranjeros católicos que residen en Kabul, al mismo tiempo que tiene una fuerte presencia espiritual, orando por una paz duradera en el país.
En 2017, el hermano Giovanni Scalese, capellán asignado en la Capilla de Nuestra Señora de la Divina Providencia de Kabul, organizó una ceremonia de consagración en la que colocó a todo el país de Afganistán bajo la protección de Nuestra Señora de Fátima y su Inmaculado Corazón.
Según AsiaNews, lo hizo porque "se podría decir que la situación se ha ido deteriorando paulatinamente. De manera que aquí está la idea de poder ir al cielo como último recurso. Este año es el centenario de Fátima, hoy es el aniversario de su última aparición: ¿por qué no entregarnos (como individuos y como comunidad cristiana) y consagrar este país al Inmaculado Corazón de María?"
Además, creía realmente que, debido a que todas las intervenciones militares habían fracasado en Afganistán, la oración era el último recurso para cambiar de rumbo.
En sus apariciones en Fátima, Nuestra Señora les explicó a los niños cómo los actos de consagración pueden traer paz.
Sobre todo, Nuestra Señora de Fátima instó a todos a rezar el Rosario y prometió que su Inmaculado Corazón triunfaría al final.