La "novedad radical de la vida cristiana" es que "los que tienen fe están llamados a vivir en el Espíritu Santo, que los libera de la Ley y al mismo tiempo la cumple según el mandamiento del amor".
Así lo enseñó el papa Francisco durante el audiencia general el 11 de agosto de 2021. "Esto no significa que no debamos guardar los mandamientos", matizó el pontífice, pero estos son "un camino" que conduce a Jesús.
El Pontífice reanudó su enseñanza sobre la Epístola de San Pablo a los Gálatas, insistiendo en la relación que el apóstol de los gentiles tiene con la Torá.
Pablo "no está en contra de la ley mosaica", asegura el obispo de Roma, y "apoya su origen divino" porque para él "tiene un papel muy preciso en la historia de la Salvación".
La ley es un regalo de Dios
Sin embargo, Pablo muestra que la Ley es primero "la expresión de que un pueblo está en alianza con Dios", subrayó el líder de la Iglesia católica.
Se ofreció al pueblo judío, asegura, como "un regalo de Dios" para ayudarlo a combatir "el paganismo, la idolatría" que prevalecía en ese momento.
El Papa subraya que san Pablo considera que Abraham, el Padre de la fe judía, "comenzó a caminar ante la Ley" porque su alianza con Dios "se basa en la fe, no en la observancia de la ley".
Asimismo, los cristianos están llamados a caminar para seguir la “promesa” hecha por Dios. Y "si la herencia se obtiene por ley, ya no es una promesa".
Porque la Ley "no es la base de la alianza" entre Dios y su pueblo, insistió el pontífice. "No debemos dejar el primado a la Ley olvidándonos de Jesús", como según el Papa, hacen ciertos "misioneros fundamentalistas a los que les gusta desorientar”.
La Ley, en cambio, es "maestra" para todo cristiano en la medida en que "lo lleva a Jesús".