El Parlamento Europeo aprobó una moción incondicionalmente pro-aborto en una sesión plenaria celebrada este jueves 24 de junio. Significativamente, era el día de San Juan Bautista, el precursor de Jesucristo que sin saberlo denunció la hipocresía de los poderosos de su tiempo.
El texto aprobado es el "Informe sobre la situación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la UE, en el ámbito de la salud de la mujer". Se le conoce como "Informe Matić" en referencia a su autor, Predrag Matić, representante de Croacia en el Parlamento Europeo. De hecho, este miércoles, víspera de la votación, Matić incluso declaró:
El "progreso" celebrado por Matić y los otros diputados que aprobaron el informe incluye el aborto entre la "atención médica esencial"; y, en un impactante ataque frontal a la libertad de conciencia y la naturaleza misma de la medicina, califica la objeción de conciencia de las instituciones de salud contra el aborto como "negación de la atención médica".
Utiliza narrativas eufemísticas típicas y la falacia abortista de que el asesinato de un feto es un "derecho a la salud sexual y reproductiva". Así, el documento también define las "violaciones" de este "derecho" como "una forma de violencia contra mujeres y niñas".
Agresivamente ideológica, la moción se aprobó por 378 votos a favor. También hubo 255 votos en contra y 42 abstenciones.
El informe fue presentado como una reacción a lo que sus partidarios describieron como una "regresión de los derechos de las mujeres" y una "erosión de los derechos adquiridos". Se refieren así a los esfuerzos provida por llamar a todo por su nombre y denunciar que el aborto no es un derecho, sino un crimen de asesinato.
En el lado opuesto del radicalismo abortista, se posicionaron varios diputados y diputados europeos; entre ellos la española Margarita de la Pisa Carrión y la polaca Jadwiga Wiśniewska. Cuestionaron la falta de "rigor legal o formal" del informe y denunciaron que el documento va más allá de las competencias del Parlamento Europeo. Recordaron que los temas de salud, educación sexual y reproducción, así como el aborto y la educación, son responsabilidad del poderes legislativos de cada país miembro de la Unión Europea.
Las dos diputadas agregaron:
La misma injerencia fue destacada por el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE). Fue enfático al negar que el aborto sea un "derecho humano". También denunció que el informe viola el principio de subsidiariedad promocionado por la Unión Europea como uno de sus fundamentos.
La COMECE, además, declaró que era “éticamente insostenible” afirmar que el aborto podría constituir un servicio de salud “esencial”.
La Red Parlamentaria para Asuntos Críticos (PNCI), un lobby católico pro-vida con sede en Estados Unidos, deploró el informe y lo describió como "extremo" y "radical".
El Centro Europeo para el Derecho y la Justicia (ECLJ), una ONG con sede en Estrasburgo, Francia, advirtió que la aprobación del informe no es vinculante; pero puede servir de precedente para "expresar una intención prelegislativa que luego se puede utilizar para justificar actos vinculantes". Y advirtió: