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Las dos caras de una misma moneda. Por un lado, Rubén Caicedo, un colombiano rescatado por el Refugio Espíritu Santo de Guayaquil que en 2020 se hizo famoso por deslumbrar con su talento artístico. Por otro, Carmen Carcelén, una mujer que ha dado comida y alojamiento en su casa a 10.000 migrantes venezolanos en Ecuador. Ambas historias las pudiste conocer en Aleteia.
Ahora, mientras por estos días retumba por varios lugares la situación de los refugiados a lo largo y ancho del planeta, Ecuador también suena fuerte como ejemplo de acogida y misericordia.
Es que este pequeño país sudamericano (en comparación con sus vecinos) sabe muy bien lo que significa ser solidario con muchísimas personas que han tenido que huir de crisis humanitarias. En este caso, con los ejemplos concretos del otrora conflicto o armado colombiano y el reciente 'éxodo del pueblo' venezolano.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha sido constante en los últimos días con su llamado a mayor inclusión a este grupo considerado vulnerable. La voz del papa Francisco ha sido también clara y contundente al respecto.
Un reciente artículo de El Universo recuerda precisamente estos aspectos. En primer lugar, que a nivel regional Ecuador ha sido reconocido como referente de buenas prácticas en América Latina con respecto a los refugiados.
Ecuador, se indica, recibe refugiados desde 1989 y hasta el momento han llegado más de 70.000 personas, siendo la mayoría de origen colombiano por el conflicto armado que vivió durante décadas ese país y que ha logrado desde hace poco un alivio en ese sentido. En Rubén se puede ver el rostro concreto de todo esto.
Pero en los últimos años la población que mayoritariamente ha estado huyendo de su país de origen ha sido la venezolana. Es ahí donde Ecuador, al igual que otros países de la región, también ha estado jugando un rol clave en aquello de la “apertura de brazos”.
Con Carmen también se aprecia otro rostro, esta vez desde el lado que ampara a los necesitados. Una situación que no se ha detenido por la pandemia y que no está exenta de más respuestas en cuanto a la regularización migratoria.
Es por todo esto que Ecuador, una vez más suena fuerte con respecto a todos estos temas. Un claro ejemplo que no se agota en estas nacionalidades a la hora de ofrecer el estatus de refugiado. Pues también han pasado por sus fronteras, y recibido esa calidad, personas de países como Cuba, Afganistán o de otros países del continente como Perú, El Salvador y Haití, por citar solo algunos.