El equipo peruano, que suele ser reconocido por su devoción al "Señor de los Milagros", también se destaca por ser el primero en América Latina en tener un acuerdo global con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)
Suele decirse que el fútbol es un deporte sin fronteras. Por estos días la pasión por este deporte se hace manifiesta, y en tiempos de pandemia, a través de torneos continentales como la Eurocopa o Copa América.
Es gracias a este deporte donde los ejemplos de integración son más que elocuentes. ¿Qué sería del Mundial de fútbol sin la inmigración?, se preguntaba Esteban Pittaro en un artículo publicado en Aleteia en 2018.
Pues sí, una mirada más genuina y pura en lo mejor del deporte, dejando de lado los suculentos intereses económicos detrás del balón, hace que el fútbol sea un juego maravilloso e inspirador.

Un compromiso con los refugiados
Es en ese terreno donde también ha decidido jugar fuerte un club latinoamericano: Alianza Lima. En este caso, un equipo que además de ser reconocido por su devoción al «Señor de los Milagros» (en Aleteia pudiste conocer ese vínculo), se ha posicionado como el primero del continente en haber sellado un acuerdo global con ACNUR.
En los últimos días, tal cual informó el organismo en un comunicado, esa voluntad de seguir trabajando juntos en favor de la integración se renovó (un convenio inicial se había firmado en 2020). Esto se traduce de alguna manera en el apoyo a los refugiados.
“Nosotros comprendemos la situación de los refugiados y queremos que se integren a la sociedad: qué mejor manera de hacerlo que a través del fútbol”, expresó el gerente general de Alianza Lima, Miguel Pons.
Quien también se refirió a esto fue Federico Agusti en representación de ACNUR en Perú.
“Alianza es pasión, es inclusión, es superación. Por eso, es un placer para ACNUR trabajar con Alianza Lima porque juega, respira y vive los valores de solidaridad y e integración, que son asuntos claves para la sociedad. Para nosotros, Alianza representa eso, un ejemplo de la importancia de jugar en equipo, de ponerse la camiseta para ayudar al prójimo y de no dejar a nadie fuera, sin importar su raza, color de piel o nacionalidad”, expresó.

#Solidaridad Azul
Es por todo esto que se ha desarrollado la campaña #Solidaridad Azul, una iniciativa tanto para dentro como para fuera de la cancha.
“Tenemos grandes expectativas para la nueva campaña de #Solidaridad Azul. Seguimos en un tiempo de pandemia, que agudiza las necesidades de todos y nos motiva a redoblar esfuerzos para lograr la integración que queremos. En ese camino, si bien todo el club está comprometido con esta causa, pronto anunciaremos a los deportistas que van a liderar este esfuerzo por la inclusión”, prosiguió el gerente del club.
Perú se ha posicionado como el primer país de acogida de venezolanos con necesidad de protección internacional, recuerda la nota publicada en la web de ACNUR. También en el segundo destino de refugiados y migrantes venezolanos a nivel mundial.
“A nivel global, este acuerdo se toma como un modelo. Es muy importante empezar a trabajar en América Latina con clubes tan importantes como Alianza Lima y llegar a mucha gente con mensajes que tienen que ver con la integración. El deporte une a las familias y permite el desarrollo de la juventud a través de disciplina, constancia, integración y compañerismo”, sostuvo el representante de ACNUR en Perú.
La Iglesia “juega” en el mismo equipo
El compromiso con los refugiados llama la atención por tratarse de una iniciativa en este caso vinculada al fútbol y un famoso equipo de Perú. Pero si hay que hablar de apoyo e integración es ahí donde la Iglesia desde siempre ha “jugado como titular”. Sin ir más lejos, en mayo de 2021 había trascendido el compromiso con miles de venezolanos.
Por ejemplo, recuerda un artículo publicado por la Arquidiócesis de Arequipa, en comunidades de esa zona se había dado la asistencia tanto material como espiritual a los venezolanos que buscaban refugio en la ciudad.
Según se informó en ese momento, el equipo de Pastoral de los Migrantes de la arquidiócesis había organizado varios encuentros para el alojamiento de familias venezolanas. Las iniciativas de este tipo, con otras organizaciones como Cáritas, nunca se han detenido a pesar de la pandemia.
Precisamente, en cuanto a Cáritas, en su momento también jugó en el mismo equipo de ACNUR a través de la entrega de alimentos, kits de cocina e higiene, entre otros. Sin lugar a dudas todas cosas, junto al vínculo de Alianza Lima con ACNUR, más que necesarias y favorables para hacer realidad aquello tan mencionado por el papa Francisco (también amante del fútbol e insistente con el tema de los refugiados) como lo es la “cultura del encuentro”.
