A 485 años de la Bula "Sublimis Deus", la "Carta de liberación" de las razas indígenas, del Papa Paulo III
El miércoles 31 de julio de 2002, en su última visita a México, el Papa Juan Pablo II canonizó a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el mensajero de la Virgen de Guadalupe. En ese momento, muchos pensaron que, por fin, la Iglesia católica se hacía cargo de los indígenas y los naturales de los que es ahora la América Latina.
Ciertamente, la canonización de Juan Diego fue un gran mensaje de parte del pontífice polaco. En aquella ocasión pronunció la frase que ha sido punta de lanza para el reconocimiento de los pueblos originarios de México y, por extensión, de América: “¡México necesita a sus indígenas y los indígenas necesitan a México!».