El papa Francisco criticó hoy el “populismo” por su “paternalismo político”, además de su lema tácito: "Todo para el pueblo, nada con el pueblo”.
“De ahí que el pueblo en la visión populista no es protagonista de su destino, sino termina siendo deudor de una ideología”, dijo.
Lo hizo saber en su mensaje dirigido a los participantes en la conferencia internacional ‘Una política arraigada en el pueblo’, organizada por el Centro de la Teología y la Comunidad en Londres, en torno a los temas del libro Soñemos Juntos (Ed. Penguin Random House, 2020).
Asimismo, lamentó la pobreza y la exclusión del mercado del trabajo resultado de esta pandemia.
Francisco reiteró que la Iglesia está al lado del “pueblo descartado” y sostiene su “dignidad”, en especial recordó a los “movimientos populares” y “las organizaciones que los apoyan”.
“Cuando el pueblo está descartado, se le priva no sólo del bienestar material sino de la dignidad del actuar, de ser protagonista de su historia, de su destino, de expresarse con sus valores y su cultura, de su creatividad, de su fecundidad.
Por eso, - añadió el Papa - para la Iglesia es imposible separar la promoción de la justicia social del reconocimiento de los valores y la cultura del pueblo, incluyendo los valores espirituales que son fuente de su sentido de dignidad.
En las comunidades cristianas, estos valores nacen del encuentro con Jesucristo, que busca incansablemente a quien está desanimado o perdido, que se desplaza hasta los mismos límites de la existencia, para ser rostro y presencia de Dios, para ser "Dios con nosotros”.
“La tierra, el techo y el trabajo, las famosas tres “T”, claves del pensamiento social del Papa han sido mencionadas en su discurso en el que saludó a las organizaciones que acompañan al pueblo y permanecen a su lado “cuando se topan con actitudes de oposición y desprecio”.
Entretanto, citó la Campaña Católica para el Desarrollo Humano, que celebra 50 años ayudando a las comunidades más pobres en los Estados Unidos para vivir mas dignamente. Además, de otras que sirven en Reino Unido, Alemania, y de otros países.
El Papa destacó que uno de los objetivos de la citada reunión “es mostrar que la verdadera respuesta al auge del populismo no es precisamente más individualismo sino sino lo contrario: una política de fraternidad, arraigada en la vida del pueblo”.
“En su libro reciente, el Reverendo Angus Ritchie describe esta política que ustedes hacen como “populismo inclusivo”; a mí me gusta usar “popularismo” para expresar la misma idea”, anotó.
“Se trata de encontrar mecanismos para garantizar a todas las personas una vida digna de llamarse humana, una vida que sea capaz de cultivar la virtud y forjar nuevos vínculos”.
“En Soñemos Juntos - rememoró - a ésta política la llamo “la Política con mayúscula”, la política como servicio, que abre nuevos caminos para que el pueblo se organice y se exprese”.
El Papa reafirmó su deseo de “que todas las diócesis del mundo tengan una colaboración con los movimientos populares”.
“Por eso el verdadero pastor de un pueblo, pastor religioso, es aquel que se anima a caminar delante, en medio y detrás del pueblo.
Delante para señalar un poco el camino, en medio para sentir con su pueblo y no equivocarse, y detrás para ayudar a los rezagados y para dejar que el pueblo con su olfato también encuentre caminos”.
“Salir al encuentro de Cristo herido y resucitado en las comunidades más pobres nos permite recobrar nuestro vigor misionario, porque aquí nació la Iglesia, en la periferia de la Cruz”, expresó el Papa.
“Si la Iglesia se desentiende de los pobres deja de ser la Iglesia de Jesús y revive las viejas tentaciones de convertirse en una élite intelectual o moral”, una nueva forma de pelagianismo, o de vida esenia”.
Del mismo modo, afirmó el Papa, “una política que se desentiende de los pobres nunca podrá promover el bien común. Una política que se desentiende de las periferias nunca sabrá entender el centro y confundirá el futuro con un proyectarse a través de un espejo”.
“Una manera de desentenderse de los pobres es despreciar su cultura, sus valores espirituales, sus valores religiosos, sea descartándolos o explotándolos para fines de poder. El desprecio a la cultura popular es el comienzo del abuso de poder”.
Al reconocer la importancia de la espiritualidad en las vidas del pueblo se regenera la política. Por eso es imprescindible que las comunidades de fe se encuentren, fraternicen, para trabajar “para y con el pueblo”.
El papa Francisco recordó la fraternidad en el mensaje que envío en español, 9 minutos de duración, pre-grabado, a través de su biógrafo, Austen Ivereigh, a la conferencia internacional antes mencionada cuyo programa está disponible on-line: letusdreamconference.org