El papa Francisco expresó hoy su “cercanía a los cientos de miles de familias que lloran la pérdida de un ser querido. Jóvenes y ancianos, padres y madres, médicos y voluntarios, ministros sagrados, ricos y pobres: la pandemia no ha excluido a nadie en su estela de sufrimiento”.
El video-mensaje de solidaridad del Papa hacia el pueblo de Brasil ha sido publicado con “motivo de la 58 Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos” del país sudamericano flagelado por la pandemia y donde se que ha registrado 4.000 muertes hasta en 24 horas.
El pontífice dijo pensar en particular en los Obispos que murieron víctimas del Covid. “Pido a Dios que conceda a los fallecidos el descanso eterno y que dé consuelo a los corazones afligidos de los familiares, que muchas veces ni siquiera han podido despedirse de sus seres queridos.
Y este irse sin poder despedirse, este irse en la soledad más despojada es uno de los dolores muy grandes de quien se va y de quienes se quedan”.
El Papa reafirmó el mensaje pascual: “Queridos hermanos, la proclamación de la victoria del Señor Jesús sobre la muerte y el pecado todavía resuena entre nosotros”.
“El anuncio pascual - sostuvo - es un anuncio que renueva la esperanza en nuestros corazones: ¡no podemos rendirnos! […]¡Cristo ha vencido! ¡Ha vencido a la muerte! ¡Renovemos la esperanza de que la vida triunfará!”.
“La caridad nos urge a llorar con los que lloran y a dar una mano, sobre todo a los más necesitados, para que vuelvan a sonreír. Y la caridad nos urge a nosotros como obispos a despojarnos. No le tengan miedo al despojarse.
Cada uno sabe de qué. Es posible superar la pandemia, es posible superar sus consecuencias. Pero sólo lo lograremos si estamos unidos. La Conferencia Episcopal debe ser una en este momento, porque el pueblo que sufre es uno”.
En esta línea, el Papa rememoró su visita a Brasil en el año 2013. Y citó la historia de Nossa Senhora Aparecida.
Una imagen mariana que “fue hallada rota, podría servir como símbolo de la realidad brasileña: «Lo que estaba separado recobra la unidad. […] En Aparecida, desde el principio, Dios nos da un mensaje de recomposición de lo que está separado, de reunión de lo que está dividido.
Los muros, barrancos y distancias, que también hoy existen, están destinados a desaparecer. La Iglesia no puede desatender esta lección: la Iglesia debe ser instrumento de reconciliación» (Discurso al Episcopado Brasileño, 27 julio 2013)”.
El Papa instó al pueblo brasileño y sus pastores a trabajar por la “reconciliación” y la “unidad”.
“Y esta es la misión de la Iglesia en Brasil. ¡Hoy más que nunca! Y para ello, es necesario dejar de lado las divisiones, los desacuerdos. Es necesario encontrarnos en lo esencial. Con Cristo”.
“Sólo así ustedes, como Pastores del Pueblo de Dios, podrán inspirar no sólo a los fieles católicos, sino también a otros cristianos, y a los demás hombres y mujeres de buena voluntad, en todos los niveles de la sociedad, incluso a nivel institucional y gubernamental, podrán inspirar a trabajar juntos para superar no sólo el coronavirus, sino también otro virus, que desde hace tiempo infecta a la humanidad: el virus de la indiferencia, que nace del egoísmo y genera injusticia social”, comentó.
Al final, el Papa saludó “a cada uno de ustedes, queridos hermanos, hermanos Obispos, a los fieles que les han sido confiados y a todos los habitantes del Brasil, de corazón les doy mi bendición. Y, por favor, les pido que no se olviden de rezar por mí. O Senhor vos abençoe”.