Un instrumento hecho de plata… La Biblia nos informa con mucha precisión sobre el origen y la manera de fabricar la trompeta de plata.
En el libro de los Números (capítulo 10) se encuentra la descripción más elocuente: “El Señor dijo a Moisés: Manda hacer dos trompetas de plata, forjadas a martillo. Ellas te servirán para convocar a la comunidad y para movilizar las divisiones”.
Las instrucciones son precisas, un material precioso, la plata, se requiere para subrayar el carácter sacro de este instrumento que se fabricará en una única pieza, en dos ejemplares, para distinguir las ocasiones en las que reunir a la comunidad.
El libro de Números precisa aún más:
La arqueología también ha dado un testimonio valioso de este instrumento bíblico, en particular con esas trompetas aún visibles en el Arco de Tito en Roma. Un detalle del pasaje central del Arco representa dos trompetas elevadas hacia el cielo con un cuerpo muy fino que debían producir un sonido muy agudo.
Otras fuentes literarias, entre ellas las derivadas de los manuscritos del mar Muerto, podrían hacer pensar que estas trompetas eran capaces de regular su tono con suficiente precisión como para permitirles producir modulaciones diferentes o al unísono.
Esta representación podría, en definitiva, inducirnos a pensar, según las historias, que el emperador Tito habría llevado este par de trompetas a Roma a título de trofeo durante su conquista de Jerusalén y la destrucción del segundo Templo en el 81 d.C.
El libro de los Números precisa también que únicamente los sacerdotes, hijos de Aarón, tenían derecho a hacerlas sonar, una señal del carácter sacerdotal de la trompeta de plata.
Su toque podía ir acompañado en ciertos casos de ovaciones, sobre todo cuando se trataba de levantar el campamento. La trompeta de plata hacía resonar también su timbre en ciertos momentos del año.
El salmo 98 evoca con más precisión si cabe la importancia de este instrumento bíblico cuando se trata de alabar a Dios. Según se lee: “con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey”.
Por su parte, el segundo libro de las Crónicas, en el capítulo 5, ofrece un testimonio grandioso y elocuente de su uso después de la construcción del Templo por Salomón:
Por último, las trompetas de plata en la Biblia también hacían sonar su estridente toque durante las acciones bélicas, cosa que confirma la Palabra divina misma dirigida al pueblo de Israel en el libro de los Números:
El sonido de las trompetas simboliza aquí, con su fuerza, la llamada dirigida a Dios para recibir su ayuda, una modulación que encontramos en numerosas religiones de la Antigüedad en esta misma época.