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El 11 de abril, domingo de la Misericordia, no será un día más para varios países de América Latina. Es que a pesar de la crisis del coronavirus, que volvió a sacudir con fuerza al continente, las instancias electorales en países como Perú, Ecuador y Bolivia se mantienen.
Muchos analistas lo han dado a llamar “superdomingo” y no es para menos, pues hay mucha expectativa puesta en la gran oportunidad para estos países en el intento de consolidar la democracia en medio de tanta adversidad.
En el caso de Perú, donde la pandemia ha dejado de momento más de 53.000 personas fallecidas, la instancia cobra gran relevancia debido al contexto político también crítico marcado por los escándalos de corrupción que derivaron en la salida del expresidente Martín Vizcarra y el interinato de Francisco Sagasti.
Por otro lado, Ecuador, con más de 16.000 fallecidos por el coronavirus, y un país que disputará recién este 11 de abril la segunda vuelta presidencial luego de una primera (7 de febrero) marcada por la incertidumbre en cuanto a los candidatos a disputar la presidencia.
Por último, Bolivia, en este caso una segunda vuelta para elegir gobernadores de cuatro departamentos. En ese país, también con crisis a nivel político luego de los episodios vinculadas a la detención de personas como la expresidenta Jeanine Áñez, la pandemia también ha dejado su huella y de momento se contabilizan más más de 12.000 personas fallecidas.
En este contexto, como es habitual cada vez que llegan estas instancias, la voz de la Iglesia se hace presente para invitar a la ciudadanía al discernimiento. La pregunta de fondo, siempre actual, ¿hay lugar para la esperanza?
En este caso, en las últimas horas han publicado un pronunciamiento los integrantes de la Conferencia Episcopal Peruana. “Ejercer el derecho y deber democrático con responsabilidad” es el título elegido de cara a este "superdomingo".
De momento, ni la Iglesia de Ecuador o Bolivia se han pronunciado recientemente sobre la instancia de este 11 de abril (posiblemente se haga en las próximas horas), pero sí se han estado ofreciendo señales a través de diversas voces. En el caso de Bolivia con una postura firme luego de la detención de Áñez, entre otras.
En un pronunciamiento durante marzo se afirmó que en la Mesa de Diálogo luego de la renuncia del expresidente Evo Morales "nunca se fraguó un golpe de estado", por lo cual las recientes detenciones de la expresidenta interina, entre otros, “son injustas”.
Algo similar hizo el arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, monseñor Sergio Gualberti, durante su homilía (ver Iglesia Viva) en pasado Domingo de Pascua en donde llamó a los fieles a ser “operadores de paz”, siendo solidarios con los que más sufren tanto la pandemia, como la marginación y la pobreza. Todas palabras que también hablan de esperanza. El "superdomingo" está servido, solo hace falta una respuesta adecuada de la ciudadanía.
