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San Judas Tadeo, en Shark Tank México

SHARK TANK
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Jesús V. Picón - publicado el 16/08/20
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Entrevista Shark Tank, a su productora Kirén Miret

Hoy por hoy el programa más exitoso de la televisión por cable en México y parte del mundo, es sin duda alguna “Shark Tank México”.  Ha roto todos los records de audiencia, tiene como protagonistas a empresarios de los más poderosos y ricos de México y del mundo: Arturo Elías Ayub, Ana Victoria García, Carlos Bremer, Rodrigo Herrera Aspra, Patricia Armendáriz, Marcus Dantus, Luis Harvey, son los tiburones que acechan a los emprendedores.

Los emprendedores tienen la misión imposible de convencer a alguno de los empresarios para que inviertan en sus proyectos, algunos proyectos son casos realmente imposibles, causas desesperadas, que solo alguien experto en el tema podría resolver, abogar y ayudar, es ahí donde aparece en escena dentro del estudio, casi imperceptible, una imagen del abogado de las causas imposibles y desesperadas, increíblemente es: San Judas Tadeo, leíste bien, “San Judas Tadeo” en televisión.

Lo increíble de esto, es que en los tiempos en que hay censura religiosa en los medios de comunicación, y que ya nadie quiere mostrar nada que se relacione con la fe católica, todavía existe una productora valiente, creativa y exitosa que se atreve a mostrar un símbolo religioso con mucho respeto, un santo con gran devoción de los mexicanos.

Aleteia conversó en exclusiva con Kirén Miret la productora de este programa de tv y nos abrió las puertas de su casa para conocer y compartirnos parte de su historia, su creatividad y sus talentos, por cierto uno de ellos, hacer helados.  Una mujer en una palabra, extraordinaria…

 Kirén, gracias por concedernos esta entrevista para Aleteia ¿Nos puedes decir tu nombre competo, dónde naciste y cuáles son los talentos que consideras que tienes?

Yo soy Kirén Miret Schussheim. Nací en Ciudad de México, de papá español, refugiado de la guerra civil llegado a México, y de mamá nacida en Argentina, que se vino a vivir a México, pero de papá polaco y mamá rusa, exiliados de la Primera Guerra Mundial.

Yo sí que tengo talentos. Siempre digo que el éxito es absolutamente relativo, pero me considero una mujer exitosa, con un talento primordial, que consiste en que no le tengo miedo a la vida , la vida la gozo, la disfruto. No tengo miedo a enfrentar los grandes retos; al contrario, los grandes retos me motivan, me provocan, aunque me aterren. Así que creo que tengo ese talento, poder enfrentar la vida de frente, con ganas de hacer que las cosas sucedan.

Hablando de lo artístico y de lo académico, ¿qué estudiaste, qué es lo que más has pulido y qué es lo que más te apasiona hacer?

Yo primero estudié en el Colegio Madrid, que es una escuela de refugiados españoles de la guerra civil, después estudié Comunicación en el Tec de Monterrey Campus Ciudad de México. Estuve de intercambio en Madrid un tiempo; luego me fui a estudiar a San Antonio de los Baños, Cuba, a la Escuela Internacional de Cine y Televisión. Posteriormente me fui unos meses a Harvard, a estudiar un curso de Redacción Periodística en inglés.

Tengo el principio de aprender cosas nuevas cada año y todo el tiempo. Así que un año aprendí a andar en motocicleta, otro año aprendí a esquiar en nieve y hacer snowboard, otro año aprendí a hacer panadería, otro más a hacer helados; y, si este año la pandemia me lo permite, aprenderé a hacer perfumes en un curso en Grasse, Francia. Los helados los aprendí a hacer en Estados Unidos y en Italia, y si tengo suerte y se puede viajar, pues me iré a Francia próximamente.

Es sorprendente tu energía. ¿Y qué me dices de tu familia?

Mi papá era un arquitecto extraordinario, un cineasta fuera de serie que trabajó junto a Buñuel y Alcoriza, es decir, con los grandes cineastas refugiados. Mi papá murió cuando yo tenía 9 años.

Mi mamá fue una de las editoras más destacadas de este país, una mujer sumamente culta. Murió en 2013, y yo vivo sola. Soy muy feliz con mis tres gatos; me niego a ser la loca de los gatos, así que rehúso ese destino.

Vivo en Ciudad de México, y tengo una casa en San Miguel de Allende (Guanajuato), donde me refugio de repente. Mi casa es mi espacio de creatividad; ahora estoy a punto de empezar un curso para aprender a usar el asador, una de esas funciones que suelen ser mal pensadas para los hombres; y pues tengo mi primera clase este sábado.

¿En qué proyectos estás actualmente involucrada y en cuáles has participado? Platícanos un poco de tu historia en la televisión y en las redes sociales, donde te vemos muy activa.

Actualmente estamos con la quinta temporada de Shark Tank México al aire.

Acabamos de terminar el documental para Discovery sobre el covid en México. Y estoy escribiendo un séptimo libro, en coautoría con mi hermana, Maya Miret, para Editorial Océano.

Estoy haciendo unos tutoriales los jueves, que nacieron como puro divertimiento, tutoriales de comida; y ahora se han vuelto una labor constante de casi cada jueves. Ahí hablo de comida y, a lo largo de una hora, voy desarrollando una receta, pero hablando de historia y de divulgación de la ciencia, que es una de mis actividades predilectas.

Sigo haciendo las cápsulas de Niñonautas para Carmen Aristegui todos los días en radio.

Y estoy con mi negocio, Casa Morgana, haciendo helados todos los días; la pandemia no nos detuvo de hacer helado sino que, al contrario, nos dio otra plataforma para hacer cosas diferentes, me permitió estar más tiempo en la heladería y así inventar nuevos sabores, que se volvieron muy exitosos.

Acabo de terminar un curso de herbolaria, porque me parece un buen pretexto para hacer extractos de plantas, de frutas y de otras cosas para llevarlos, por un lado, a la práctica de la heladería y, por el otro, a la perfumería.

Kirén, México tiene una riqueza de olores y sabores. ¿Los sabores y aromas qué significan para ti?

Desde muy chica descubrí que tenía un olfato muy privilegiado, y a veces esto, aunque no necesariamente, suele venir acompañado de un paladar también muy privilegiado. Crecí en una casa con una riqueza culinaria gigantesca, con una mamá que cocinaba increíble. En casa se comía absolutamente de todo, entonces yo tengo un paladar muy extenso, y tengo una cabeza y un estómago muy ansiosos por probar cosas nuevas. A donde voy pruebo lo que haya, así sean morcillas, arenques o pescado crudo; y si son huevos podridos en Tailandia, los voy a probar. Tengo pocos tabús respecto a la comida.

Y para mí el mundo está realmente compuesto de eso, de olores y sabores extraordinarios, o también de olores y sabores desagradables; pero creo que hay que darle una oportunidad a todo. Soy amante de las hierbas de olor, de hacer helados que huelan y sepan muy bien. Creo que a veces la vista nos traiciona; nosotros, en Casa Morgana, no usamos ni saborizantes ni colorantes artificiales, por una cuestión de principios y porque no hacen falta; así, nuestro helado de menta nunca es azul ni verde, sino blanco; lo mismo que nuestro helado de limón y nuestro fior di latte, que es de vainilla. He entendido que hay que probar las cosas aunque a la vista no sean aquello a lo que nos han acostumbrado.

¿Por qué para ti es tan importante Casa Morgana?

Es un proyecto del que no vivo financieramente; ¡pero es la materialización de un sueño, literalmente! Cuando te hablo de un sueño no me refiero a esa parte idealista, sino que yo un día soñé, dormida, con un helado de miel de maple con pedazos de hotcakes (pancakes), una cosa que nunca había probado pero lo soñé; y a la mañana siguiente decidí tomar un curso de heladería, pues yo nunca había hecho helados.

Así que Casa Morgana se ha convertido en una plataforma para hacer lo que quiero hacer; un lugar muy lindo a la vista, donde nos divertimos; un lugar del que viven tres familias. Tengo el principio de, mientras no lo necesite, no hacer de Casa Morgana mi modus vivendi en términos financieros, sino un lugar que me produzca el placer de ir e inventar un helado.

¿Cómo llega a tu vida Shark Tank?

Shark Tank llegó a mi vida de forma meramente circunstancial. Cuando trabajaba en MTV, yo era productora en noticias, y un muy buen amigo era productor de otro rubro en el canal. Y cuando cerraron la producción en México, todos fuimos encontrando nuestros propios lugares, y este amigo puso una casa productora, a la que le dieron un proyecto para Discovery. Él me buscó para ver si quería producir este programa, que se llamó inicialmente Comunidades Extremas, y luego cambió de nombre.

Estas piezas las dirigió un gran amigo canadiense-colombiano, Jaime Escallón. Trabajamos juntos, nos caímos muy bien, hicimos muy buena mancuerna. Y luego a Jaime y otro amigo suyo, colombiano también, llamado Frank Scheuermann, que hoy es un gran amigo mío, le pidió referencias en México para hace el casting de Shark Tank, y Jaime me recomendó.

Frank me llamó y me preguntó si, además de encargarme del casting, quería ser la productora ejecutiva del programa de televisión, y yo dije que sí. Así que, heme aquí, cinco temporadas después en México y tres en Colombia: produzco y dirijo el show de emprendimiento más importante del mundo, en su versión latinoamericana para México y Colombia.

¿Cuál es el perfil de los inversionistas o  “tiburones”, cómo los eliges?

Ser “tiburón” para Shark Tank no es sólo tener dinero para invertir; es tener dinero, es tener una buena historia, es tener capacidades para sentarse en la televisión y formar parte de un programa de entretenimiento porque, si bien éste es un programa de finanzas, también es un programa de entretenimiento.

Hay que tener visión, hay que tener ganas de estar ahí, y hay que tener una capacidad argumentativa tremenda, y una capacidad de negociación muy importante.

Tengo “tiburones” con cualidades muy distintas uno de otro; las cualidades que tiene Arturo para negociar, las tiene Carlos para entender el proyecto, las tiene Rodrigo para aportar conocimiento, las tiene Patricia para hacer suyo un proyecto, y las tiene Marcus para hacer crecer a un emprendedor. Entonces creo que hemos encontrado un balance ideal con estos 5 “tiburones” que yo no cambiaría por nada.

Esta temporada hicimos un experimento muy exitoso: trajimos a dos colombianos, Mauricio Hoyos, que ha hecho muy buenos negocios en Colombia, y a Andrea Arnau, que sabe mucho de publicidad y de la parte digital de los proyectos. Así que hemos encontrado un balance buenísimo, además de que tengo un equipo extraordinario, fuera de serie y lleno de capacidades increíbles que hacen que este proyecto sea tan exitoso.

¿Extrañas a Jorge Vergara?

¡Claro! Jorge fue el shark fundador; era un tipo muy callado, de pocas palabras, pero una persona extraordinaria, súper generosa.

Cuando yo fui con Jorge la primera vez, para invitarlo al show, fue muy escueto, tuvimos una conversación muy breve, donde le di mis razones  por las que yo quería que él estuviera en el programa de televisión, y él accedió; pero nunca terminé de “leerlo”, me costó trabajo. Pero ya que se sentó ahí y empezó a sentirse cómodo en el show, me di cuenta de que era increíblemente generoso, y que no tenía que ser muy efusivo ni hablar demasiado, pues era un tipo que tenía muy claro lo que quería. ¡Y claro que lo extrañamos! Fue una pérdida muy importante; Jorge dejó el programa después de dos temporadas. Le hicimos, el director de arte y yo, un pequeño homenaje silencioso detrás de su silla, que es un símbolo que está ahí, porque lo extrañamos y es irremplazable, como cada uno de los “tiburones”, pero Jorge tenía algo muy particular.

En televisión nosotros sólo vemos sentados a los “tiburones” haciendo su papel, ¿pero cómo se divierten, cómo gozan y cómo son?

Son gente generosa, divertida y muy responsable; porque comprometerse a formar parte de este programa de televisión tiene muchas aristas. Por ejemplo, los llamados de grabación son exhaustivos, súper pesados y súper cansados.

Los apapachamos muchísimo, los consentimos mucho, les damos de comer riquísimo, los tenemos en un lugar súper confortable para que estén bien durante las grabaciones. Pero son personas que gozan la vida, súper alivianadas; fuera de cámara se divierten, platican, a veces discuten de cosas como “ese proyecto  yo me lo quería quedar”; son pequeñas discusiones que se ponen muy sabrosas.

Son gente normal, uno los ve en la pantalla y pierde la dimensión. Pero es gente que se cansa, que llega todos los días a las grabaciones aunque se haya desvelado o pasado una mala noche. Gente normal, que forma parte de un programa de televisión; gente en una aventura televisiva, pero con un compromiso muy grande hacia el emprendimiento y hacia los emprendedores mexicanos.

Compártenos, para todos aquellos soñadores que también son emprendedores, ¿cuál es el perfil de los emprendedores que ustedes eligen, y cuántos han pasado por ahí? Porque supongo que pasan filtros hasta llegar al programa. Platícanos un poco esa dinámica.

Buscamos todo el tiempo proyectos novedosos, que de verdad aporten al ámbito del emprendimiento, pero también al ámbito del entretenimiento.

De repente encontramos emprendedores que quizá no tienen un concepto tan sólido, pero que sabemos que van a darnos un buen momento con su proyecto, y que Shark Tank va a potenciar su idea. Entonces les damos una oportunidad y los llevamos, porque sabemos que el programa puede cambiarles la vida; no somos la Madre Teresa de Calcuta, ni somos caritativos y por eso los llevamos ahí; esto es un ganar-ganar, donde ellos nos ayudan a hacer un buen programa, y nosotros los ayudamos a presentarlos a los cinco empresarios inversionistas que conforman Shark Tank.

Buscamos todo el tiempo que los proyectos no se repitan, así que si tuvimos un proyecto de hamburguesas una temporada, tenemos que dejar pasar dos o tres temporadas para volver a llevar un proyecto de características parecidas pero que aporte algo diferente.

Buscamos emprendedores con empresas lo más consolidadas posible, que puedan hacer constar que la empresa les pertenece, que el acta constitutiva es de ellos, y que pasen una serie de filtros que es importante. Y que el proyecto, en efecto, le pueda interesar a los “tiburones”, y que le pueda interesar al público mexicano o al público en Hispanoamérica, que nos está viendo.

Han pasado por Shark Tank unos 80 emprendedores por temporada, en 5 temporadas, o sea unos 400; pero para haber depurado hasta llegar a estos 400 emprendedores, yo creo que hemos visto quizá más de mil 500 casos de gente que manda su proyecto y desafortunadamente no entra en los parámetros de lo que estamos buscando.  Y otras veces, debo ser honesta, buscamos a un emprendedor que trae un proyecto “bien padre” y éste decide que no quiere participar, ya sea porque no está buscando socios o porque no es su momento. Entonces, así como bateamos, nos batean; y me parece bien, pues no todo el mundo quiere salir en la televisión, ni todo el mundo lo necesita.

¿Por qué aparece san Judas Tadeo en Shark Tank?

Es un pequeño guiño que nos divierte mucho al director de arte y a mí. San Judas Tadeo es el santo de las causas difíciles, ¡y en Shark Tank hay muchas causas difíciles! Entonces es un gesto que se ha vuelto un símbolo. Así que siempre está detrás de las sillas, primero entre Rodrigo y Jorge, y ahora entre Rodrigo y Marcus.

Nosotros respetamos las creencias de todo el mundo. Es un símbolo que está ahí, a pesar de que yo soy absolutamente atea. Nos parece un gesto “padre” tener ahí a un santo al que mucha gente se entrega y en el que mucha gente cree.

¿Y cómo lo han tomado los emprendedores y los “tiburones”? ¿Ha significado algo para ellos que esté ahí san Judas Tadeo?

La verdad nada. No sé si todo el mundo se percata de que está ahí; pero de eso se trata: de que sea un gesto sutil. Está ahí, y para nosotros tiene un valor como gesto muy divertido y muy mexicano, porque los mexicanos siempre están entregándose o confiando a un santo, o a una deidad o a una virgen. No sé si alguien haya visto la imagen y se halla encomendado en nuestro programa a san Judas Tadeo, pero ahí está.

¿Cómo consiguieron esa imagen, alguien se las regaló?

La compramos en una de estas tiendas de santos, y la avejentamos un poco porque todo el look and feel del set es así. Cuando la compramos buscamos que fuera una figura grande, porque en el set todo tiene que ser muy grande ya que el espacio es muy amplio y hay que llenarlo con objetos grandes, monumentales; por eso tenemos una mandíbula de tiburón gigante, tiburones enormes, una cabeza de payaso gigante, y posters de lucha libre de luchadores inexistentes.

Cuéntanos del éxito que ha tenido el programa.

Ha superado todas las expectativas que tenía todo el mundo, incluida yo. En esta temporada estamos “rompiendo” con el rating, ha sido una temporada brutalmente exitosa, con manufactura mexicana, algo que no se ve con tanta frecuencia.

De pronto la tropicalización o adaptación de formato a otros países o a otros idiomas es difícil de entender y difícil de ejecutar; y creo que nosotros lo entendimos y ejecutamos con mucho éxito.

Y cuando hablo de éxito de no hablo de patrocinios o de números sino de impacto; creo que este programa ha impactado a muchísima gente y, sin necesidad de ir al programa, la ha motivado a decir: “Mira, si él que hace donas, si él que hace pizzas, si él que vende viajes, pudo, yo también puedo”. Ahí es donde Shark Tank ha hecho una labor muy importante en este país que tanto lo necesita.

Hay un Shark Tank en Estados Unidos y otro en Colombia. ¿En qué posición pondrías la versión mexicana?

Yo creo que cada programa ocupa su justo medio. La versión de Estados Unidos es muy exitosa, mucho muy exitosa. Yo produzco y dirijo la versión de Colombia; y cada versión hace su labor en cada país. Creo que la de Estados Unidos ha sido también súper inspiradora, y aunque es un set menos ambicioso que el nuestro, porque es como una sala de negocios, donde el set no juega un rol esencial, han hecho una labor increíble de entretenimiento, pero también de educación financiera.

Nosotros, en México, hemos cumplido el objetivo de entretener, pero también el de enseñar cómo evaluar una empresa, cómo vender un negocio, cómo inspirar a los emprendedores. Y los sharks colombianos también son unos cracks tremendos, y tenemos allá un muy buen balance de mujeres, que es algo que me encanta.

¿Cuáles consideras que han sido los principales valores que ha promovido Shark Tank, además del emprendedurismo y de que los sueños se pueden cumplir?

Creo que hemos hecho una gran labor no aceptando un “no” como respuesta a quien tiene un proyecto en el que cree y que busca perseguirlo. Pero hemos promovido un poco la conciencia, quizás, de entender cuándo hay que decir “no voy por buen camino”; porque a veces estamos súper errados, invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo en un proyecto que nació muerto, que es una linda fantasía pero que en la práctica no es eficiente. Creo que los “tiburones” tienen la capacidad de ver eso y de transmitirlo de manera muy educada; a diferencia de otros formatos, pensando en el de Estados Unidos, porque el público es muy diferente y, no digo que esté bien ni que esté mal, donde los “tiburones” son súper duros; sobre todo hay dos o tres que son muy rudos en su trato a los emprendedores. En México, en cambio, los sharks son muy generosos con sus palabras, y con mucha frecuencia tratan muy bien a los emprendedores. Salvo que el emprendedor llegue con una evaluación abusiva, grosera o insultante, los sharks difícilmente se van a exaltar con el emprendedor; y nunca van a ser groseros pero sí van a ser contundentes.

Cada programa, cada episodio yo aprendo algo nuevo. Yo, que soy emprendedora, he entendido cómo abordar un negocio de una manera diferente. Y también hemos aprendido mucho de la generosidad; esto no es un programa de caridad, debe quedar clarísimo, sino un programa de emprendimiento, donde tiene que haber una negociación y donde todas las partes ganan. Y si una de las dos partes no gana, el proyecto va a ser fallido y va a terminar fracasando. Y eso es algo que hemos aprendido, de relaciones justas; a veces vemos que el “tiburón” pide mucho porcentaje, pero es porque ya hizo el cálculo en su cabeza, lo procesó, y le parece que lo que está ofreciendo es justo.

¿Por qué consideras que escogieron como símbolo el tiburón?

No lo sé; de hecho, en Inglaterra el programa se llama Dragons’ Den, y su símbolo es un dragón. Y creo que en Japón se llama Tiger y alguna otra palabra.

Pero el tiburón es este personaje que está rondando y rondando, buscando a la presa para casarla. Creo que tiene que ver con eso, pero podría haberse llamado de otra manera y el efecto habría sido el mismo.

Y si lo pasamos a la vida, yo creo que todos los que ven el programa también se enfrentan a muchos tiburones, ¿no?

¡Claro! Y me parece que ésta es una muy buena escuela, porque la vida está rodeada y llena de tiburones; y más nos vale no ser la carnada perfecta, sino ser alguien que dé un poco la lucha. A mí me encanta ver cuando los emprendedores no ceden a la primera, que no están en tal nivel de desesperación;  que cuando saben que su proyecto vale, den la batalla y al final cierren una buena negociación; eso me gusta, un emprendedor que no se achica ante el “tiburón”, será un emprendedor que será respetado.

¿Cuál sería el emprendedor ideal, el que tenga la mejor actitud, sin importar si piensa o no ir al programa de televisión?

A mí me gustan los emprendedores muy bien preparados, que conocen muy bien sus números y que llegan con una valoración justa; eso no quiere decir regalar tu empresa, pero tampoco suponer que tu empresa vale más de lo que realmente vale, porque ahí llegas con un “no” garantizado.

Me gustan los emprendedores que no se achican ante los inversionistas. Pero no me gustan los soberbios; aunque tampoco estoy diciendo que hay que ser sumisos.

¿Qué están haciendo y que pueden hacer los emprendedores y los “tiburones” por México y por el mundo en este mundo tan caótico?

Lo que pueden hacer es salir de lo convencional. Ya hemos visto prácticamente todo, pero no lo hemos visto todo. Hay que ver dónde aportar, dónde sumar; ser justo con tus empleados o con tus socios.

Si tienes un proyecto en el que crees, tienes que dar la batalla por él, no aceptar un “no” como respuesta, pero también saber cuándo abortar la misión si es que ése es el caso. El camino al emprendimiento es bien complicado, porque vas solo.

¿México necesita más emprendedores?

¡Por supuesto! México necesita gente con ganas de sacar adelante su propio proyecto; pero creo que lo que nos falta a los mexicanos es formalizar; porque somos bien ingeniosos y bien creativos, pero bien flojos en el sentido de que no nos gusta hacer los pasos necesarios; vivimos un poco de la improvisación. Creo que donde los gringos nos llevan de calle es que creen en su proyecto y lo formalizan y lo convierten en realidad. A nosotros nos da miedo emprender porque nos da miedo fracasar.

¿Qué sueños o proyectos te faltan por cumplir?

Para Kirén viene, con suerte, una cadena eterna de temporadas de Sahrk Tank, un proyecto que me ha dado muchas satisfacciones. Vienen, cuando tenga tiempo, más sucursales de Casa Morgana. Y viene capacitación constante para aprender a hacer un millón de cosas.

¿Qué más viene? No sé, cada mes se me ocurre algo diferente. Y quizá ésa es la parte divertida, que no sé qué habrá por delante.

¿Qué te ha dejado la pandemia, qué te ha enseñado?

Hace algunos años acuñé un término que es “capitalizar la tragedia”, y es sacar provecho de los peores momentos. La pandemia me dejó la posibilidad de hacer entregas de helado a domicilio, que era algo que queríamos hacer y no habíamos hecho; me dejó un curso de herbolaria; me dejó una rutina de ejercicio en casa, pues yo hacía mucho ejercicio, futbol, patinar y muchas cosas afuera; me dejó los tutoriales de comida, que disfruto mucho; me dejó una entrevista con López-Gatell;  me dejó una serie de entrevistas con un bacteriólogo, y la posibilidad de seguir, a través de Niñonautas, explicando a los niños las cosas.

También me dejó un gato nuevo; yo tengo la necesidad de rescatar a los gatos todo el tiempo. ¡Me siento incapaz de ver un gato en situación de calle y no salir al rescate! Así que la pandemia me ha dejado una gatita que es mi adoración absoluta, una gatita divina, divertida, agradecida y amorosa. Le puse “Burbuja”, y mis otros dos gatos son “Tocino” y “Mantequilla”.

Otra cosa que me dejó la pandemia, fue un proyecto que hice con una amiga y que se llamó “Arte para Héroes”. Las calles de Ciudad de México se habían tapizado con posters rojos que decían “quédate en casa”, y nosotras nos robamos 19 posters y se los dimos a 19 artistas para que los intervinieran; los vendimos y con ese dinero, que se recaudaron cerca de 150 mil pesos, los donamos a una iniciativa que se llama “Comida para Héroes”, en el que un grupo de restaurantes cocinaban para llevarle comida a médicos y personal de limpieza e intendencia de diferentes hospitales durante la pandemia.

La pandemia me dejó tiempo para meterme en mi casa y meterle trabajo físico, me hice una terraza, me compré un asador.

No te diré que me dejó un gran tiempo de reflexión, porque estoy todo el tiempo con la cabeza a mil por hora, haciendo un millón de cosas.

Y me dejó la certeza de que yo no me quiero quedar encerrada en mi casa, y de que el mundo va a volver a donde estábamos. Nos tardaremos, pero vamos a volver a lo que conocíamos habitualmente.

Por último, Kirén Miret, nos hablaste de un documental en Discovery. ¿Puedes darnos más o menos una primicia de su contenido, y decirnos cuándo lo vamos a poder ver?

Llevamos tres años consecutivos haciendo documentales temáticos para Discovery. Ganamos un par de premios,  por el que hicimos sobre el aniversario del terremoto. Ahora estamos nominados a un premio Emmy por el que hicimos sobre las caravanas de migrantes.

Y éste es un documental sobre el covid-19 en México, cómo se vivió. Se estrenará próximamente, pero no puedo decirles la fecha porque ni siquiera Discovery lo ha revelado.

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