México y la peregrinación de Querétaro al Tepeyac que fue suspendida en 2020 por el coronavirus
Desde 1886, cuando el entonces obispo de la diócesis de Querétaro, Rafael Sabás Camacho instituyó la peregrinación anual de Querétaro a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, miles de hombres y mujeres han hecho el camino de más de 200 kilómetros hasta los pies de “la morenita del Tepeyac”.
Así suele ser la peregrinación (imágenes):
Pero en este 2020, la peregrinación más antigua, más numerosa, más bien organizada –la peregrinación de Querétaro al Tepeyac—no pudo realizarse como cada año desde hace más de un siglo. El coronavirus, que en estos días alcanza su cota más alta de muertos y contagiados en México, lo impidió.
Algunos peregrinos trataron de ir a cumplir su cita anual con “la Virgencita de Guadalupe”, pero las autoridades y los pobladores de los diversos estados por los que atraviesa “La pere”, como la llaman en Querétaro, los obligaron a regresar a sus hogares sin poder “cumplirle” a la madre de los mexicanos.
El pasado domingo 26 de julio hubieran llegado los entre 70 y 90 mil peregrinos que estaban listos para partir este año, por lo que en la Misa Coral del Cabildo de la Basílica de Guadalupe, de las 9 de la mañana, se ofreció por las intenciones de las peregrinas y peregrinos que desde sus hogares oran por regresar un día al Tepeyac.
Antes de terminar la misa, monseñor Salvador Martínez Ávila, quien es rector de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, y quien hubiera recibido a los peregrinos, leyó un emotivo mensaje de Mario De Gasperín, obispo emérito de Querétaro, que de manera virtual bendijo a los que no pudieron estar presentes este año.
En su mensaje, el obispo emérito de Querétaro les dijo a los peregrinos (muchos de ellos vieron la retransmisión en vivo desde la Basílica de Guadalupe):
“Ciertamente no pudieron venir a verla aquí en su “Casita Sagrada” del Tepeyac, pero Ella sí los visitó en sus propios hogares, bendijo a su familia y vio por todas sus necesidades, como sabe hacerlo una buena madre. Y recordando el acontecimiento guadalupano, aquel 12 de diciembre de 1531, cuando san Juan Diego iba a Tlatelolco para traer un sacerdote que le diera la extremaunción a su tío Juan Bernardino, enfermo de muerte, el obispo De Gasperín, dijo: “Ella visitó la casita del tío Juan Bernardino, enfermo, y le dio la salud. A Ella encomendamos a los enfermos de la pandemia, y a todos nuestros difuntos. Que gocen de su presencia en el cielo”.
En la Ciudad de México, donde se encuentra la Basílica de Guadalupe (y donde el coronavirus ha sido más violento en contagios y muertes de todo el país) apenas este domingo 26 de julio, con 25 por ciento del aforo y con todas las medidas de distanciamiento social, los templos abrieron sus puertas. Incluyendo la Basílica de Guadalupe.
Así fue la celebración: (imágenes galería):
El siguiente videoclip presenta un episodio de “La pere” queretana al Tepeyac, en representación de los millones de peregrinos que este año no podrán asistir a la Basílica. De todos los rincones de México y de muchos, cada día más, lugares de América, donde el amor a la Virgen Morena es cada día mayor.
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