En la audiencia general, el Pontífice invita a rezar por los pecadores más malvados o los dirigentes más corruptosEl papa Francisco aseguró que el mundo vive y prospera gracias a la oración de los justos, a la oración de piedad de cualquier bautizado que eleva sus plegarias por los hombres, incluso cuando ellos son motivo de enojo por sus malas acciones y corrupción.
“Los más feos pecadores, la gente más malvada, los dirigentes más corruptos son hijos de Dios y Jesús siente esto e intercede por todos”, dijo el Pontífice durante la Audiencia General en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano este miércoles 17 de junio de 2020.
Francisco afirmó que el “mundo vive y prospera gracias a la bendición del justo, a la oración de piedad”. Una oración de piedad que apaga como agua la rabia y el enojo, incluso ante el peor pecador o el hombre más corrupto. Una oración de intercesión que llega a Dios elevada por el santo, el justo, el intercesor, el sacerdote, el obispo, el Papa, el laico y cualquier bautizado.
Una oración elevada “incesantemente por los hombres, en todo lugar y en todo tiempo de la historia” que es bálsamo ante el mal y los errores humanos.
Francisco recomienda responder con la oración cuando alguien nos haga enojar: rezar por esa persona insistentemente.
“Pensemos en Moisés, el intercesor. Y cuando nos entren las ganas de condenar a alguien y nos enfademos por dentro -enfadarse hace bien, pero condenar no hace bien- intercedamos por él: esto nos ayudará mucho”.
El Papa ha continuando el ciclo de catequesis sobre la oración y centró su meditación de hoy en el tema: “La Oración de Moisés” (Ex 32, 11-14). “Moisés no es, por lo tanto, un líder autoritario y despótico”; es “un hombre muy humilde, más que hombre alguno sobre la haz de la tierra” (cf. 12, 3).
“Moisés nos anima a rezar con el mismo ardor que Jesús, a interceder por el mundo, a recordar que este, a pesar de sus fragilidades, pertenece siempre a Dios. Todos pertenecen a Dios”, sostuvo.
“Con estos miedos y vacilaciones, vemos en Moisés a un hombre como nosotros. Dios le confió grandes responsabilidades y, a pesar de ellas, supo mantener lazos de solidaridad con su pueblo”.
“Moisés era tan amigo de Dios que hablaba con Él cara a cara; y siguió siendo tan amigo de los hombres que tenía misericordia por sus pecados y rezaba por ellos. Su oración era de intercesión, siendo esta la plegaria de los verdaderos creyentes, que a pesar de sus fragilidades tratan de ser “puentes” entre Dios y su pueblo”, añadió.
Moisés no cambia al pueblo. Es el puente, es el intercesor. Francisco asegura que este patriarca: “No vende a su gente para hacer carrera. No es un arribista, es un intercesor: por su gente, por su carne, por su historia, por su pueblo y por Dios que lo ha llamado”.
Moisés “es el puente. Qué hermoso ejemplo para todos los pastores que deben ser “puente”. Por eso, se les llama pontifex, puentes. Los pastores son puentes entre el pueblo al que pertenecen y Dios, al que pertenecen por vocación”.
Al final, el Papa saludó a los fieles que seguían la audiencia transmitida a través de los medios de comunicación social. “Pasado mañana, el viernes, celebraremos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús; y vinculada a esta fiesta se encuentra la Jornada de santificación sacerdotal.
Los animo a rezar por los sacerdotes, por su párroco, por aquellos que están cerca de ustedes y conocen…, para que a través de vuestra oración el Señor los fortalezca en su vocación, los conforte en su ministerio y sean siempre ministros de la Alegría del Evangelio para todas las gentes. Que Dios los bendiga”, concluyó.