Carlos Lwanga era el favorito del rey Mwanga de Uganda. Este era déspota. Su padre se había rodeado de una primera comunidad de cristianos evangelizados por los Padres Blancos. En la corte los veía como una fortaleza por su buen comportamiento pero más tarde consideró que eran una amenaza por su rectitud.
Mwanga, por su parte, cayó en acciones homosexuales y quería abusar de los hombres cristianos.
Cuando mató a un misionero protestante, José, su mayordomo y cristiano, le habló claro sobre la maldad del asesinato.
Mwanga, para no tener remordimientos, ordenó que le cortaran la cabeza y lo quemaran. José murió perdonándolo el 15 de noviembre de 1885.
Defensor de los hombres
En este clima, Carlos Lwanga sustituyó a José. Tenía entonces 21 años. Intentó evangelizar y proteger a los hombres que el rey quería violar.
La paz duró unos seis meses en la corte. Sin embargo, en mayo de 1886, el rey preguntó a un paje por qué lo rehuía.
El paje respondió que estaba recibiendo catequesis gracias a Daniel Sebuggwawo. El rey montó en cólera y lo mató atravesando su cuello con una lanza.
Mwanga ordenó ese día cerrar las puertas del área real. Carlos Lwanga intuyó que todos los cristianos iban a morir. Bautizó a cuatro catecúmenos esa misma noche.
A la mañana siguiente, el rey ordenó a la corte: "Aquellos que no rezan párense junto a mí, los que rezan párense allá".
Además, preguntó a 15 niños si querían bautizarse y todos respondieron que sí. Entonces Mwanga los condenó a muerte.
Les llevaron a Namugongo, a 37 kilómetros de distancia. Por el camino, un misionero de los Padres Blancos pudo ver cómo el joven Kizito, de 13 años, animaba a los demás a rezar con las manos unidas.
Algunos fueron ejecutados por el camino. El 3 de junio llegaron al punto de castigo. Después de una semana de cárcel, fueron envueltos en esteras de cañas y murieron quemados en una hoguera. Todos eran cristianos: 13 católicos y 11 protestantes.
Uno de los pajes, a pesar de que no había sido bautizado, manifestó su fe y también fue asesinado en la pira. Se llamaba Mukasa Kiriwanu.
Los mártires de Uganda fueron canonizados por el papa Benedicto XV el 6 de junio de 1920.
Santo patrón
San Carlos Lwanga es patrono de la juventud cristiana de África y de las víctimas de tortura.
Oración
Señor Jesucristo, que maravillosamente fortaleciste a los santos Mártires de Uganda san Carlos Lwanga, Matías Mulumba, el santo Jildo Irwa, a san Daudi Okello y sus compañeros, y nos los has dado a nosotros como ejemplos de fe y fortaleza, de castidad, de caridad y de fidelidad;
te rogamos, que por su intercesión, las mismas virtudes puedan aumentar en nosotros,
y que podamos merecer ser propagadores de la fe verdadera.
Tú que vives y reinas por siempre.
Amén.
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