El piragüista que debía ser abanderado de España en los Juegos de Tokio prefiere servir a la ciudadanía y pone los entrenamientos en un segundo plano.La mayor ambición del piragüista Saúl Craviotto era portar la bandera de su país, España, en los Juegos Olímpicos de Tokio’2020.
Con 35 años y cuatro medallas en su palmarés, dos de ellas de oro obtenidas en Pekín’2008 y Río de Janeiro’2016, Craviotto soñaba con culminar su carrera deportiva con unos resultados excelentes en Tokio.
Para ello, tenía permiso en su trabajo en la Policía Nacional para dedicarse en exclusiva a la preparación física en vistas a la competición del próximo mes de julio.
Sus modalidades en kayak son K1 200 m, K1 500 m, K2 500 m y K2 200 m. Un ejercicio que requiere no solo entrenamiento en gimnasio sino también al aire libre en aguas abiertas.
Sin embargo, el pasado 24 de marzo el Comité Olímpico Internacional comunicó oficialmente que los Juegos de Tokio, que debían inaugurarse el 24 de julio, quedan pospuestos hasta el verano de 2021.
Cambio de prioridades
Ante la nueva situación y la crisis sanitaria que se vive en España (al igual que muchos otros países) a causa de la pandemia del coronavirus, Craviotto decidió replantear su horizonte: la prioridad ya no es el entrenamiento al más alto nivel y con una exigencia de 24 horas al día.
Craviotto, nacido en Lleida, se hizo famoso por los resultados olímpicos pero su fama creció en los últimos años por su participación en el concurso de cocina en Televisión “Masterchef“. Se alzó como ganador y mostró que es un excelente compañero de equipo.
El deporte, incluido el ser abanderado de España en los desfiles de inauguración y clausura de los Juegos, que es un honor para cualquier deportista, ha quedado ahora para él en un segundo plano.
El piragüista se reincorporó al Cuerpo de Policía Nacional en su ciudad habitual de trabajo, Gijón, donde reside con su esposa y su hija Valentina. En los últimos días se le ha podido ver patrullando con su compañero, parando a los conductores y preguntando adónde se dirigen, para hacer que se cumpla la norma del confinamiento.
Sin perder la forma física
Para él, el deporte ahora pasa a otro nivel: “Hay que mantener la forma”, explicó, para lo cual trabaja por las mañana y por las tardes sigue un entrenamiento que “unos días pueden ser 2 o 3 horas y otros días hasta 5″.
De este modo seguirá preparado para dar otro sprint cuando se acerque la convocatoria olímpica del verano de 2021.
Lo mejor de sí mismo
Su meta es aportar su energía en este combate que debemos ganar entre todos, cada uno desde su tarea. Él lo tiene claro: “Trabajaré mientras mis superiores me necesiten”, afirma.
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