En su discurso ante el Cuerpo Diplomático, el Pontífice habló de esperanza y realismo para solucionar los conflictos que atraviesa el mundo, además dirigió su mirada hacia las desigualdades y la corrupción origen de los conflictos en América Latina. Papa Francisco renovó, este jueves, su llamamiento para que Estados Unidos e Irán eviten el aumento de la confrontación y “mantengan «encendida la llama del diálogo y del autocontrol», en el pleno respeto de la legalidad internacional”.
El Pontífice mencionó de modo particular las preocupantes señales que llegan de Oriente Medio, durante el tradicional discurso de inicio de año dirigido a los embajadores, provenientes de las 183 naciones que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
Francisco citó varios conflictos, pero remarcó “el aumento de la tensión entre Irán y los Estados Unidos y que amenazan poner en riesgo ante todo el lento proceso de reconstrucción de Irak”.
Igualmente, señaló, que este conflicto puede “crear las bases de un conflicto a mayor escala que todos desearíamos poder evitar”.
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Por lo tanto, el Papa renovó su llamamiento para que todas las partes interesadas eviten el aumento de la confrontación y la violencia.
Las palabras del Pontífice llegan después de las declaraciones del miércoles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que afirmó impondrá nuevas sanciones económicas contra Teherán, y dijo que no se le permitirá al país islámico del Ayatolá de armarse de la bomba atómica.
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Por su parte, Irán respondió militarmente a la muerte, el pasado 3 de enero, de Qasem Soleimani, ex jefe de la Fuerza Quds, brazo militar de la Guardia Revolucionaria en Irak. En la madrugada del martes, Irán lanzó 22 misiles contra bases norteamericanas en Irak.
En este contexto, Papa Francisco ha pedido hoy también un compromiso más asiduo y eficaz por parte de la Comunidad Internacional para evitar derramamientos de sangre en el área mediterránea y de Oriente Medio.
“Me refiero en primer lugar al manto de silencio que intenta cubrir la guerra que ha destruido Siria durante este decenio. Es particularmente urgente encontrar soluciones adecuadas y con amplitud de miras que permitan al querido pueblo sirio, exhausto por la guerra, reencontrar la paz y comenzar la reconstrucción del país”.
“La Santa Sede – sostuvo- acepta favorablemente cualquier iniciativa destinada a poner las bases para la resolución del conflicto y expresa una vez más su gratitud a Jordania y al Líbano por haber acogido y hacerse cargo, con no pocos sacrificios, de miles de refugiados sirios.
Por desgracia, además de las fatigas provocadas por la acogida, otros factores de incertidumbre económica y política, tanto en Líbano como en otros Estados, están provocando tensiones entre la población, poniendo ulteriormente en riesgo la frágil estabilidad de Oriente Medio”, agregó.
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Las desigualdades y corrupción origen de los conflictos en América Latina
En su discurso Papa Francisco recordó el Sínodo de la región amazónica para mencionar su preocupación por la “crisis políticas en un número creciente de países”, donde las polarizaciones no ayudan ni “mucho menos puede hacerlo la violencia que por ningún motivo puede ser adoptada como instrumento para afrontar las cuestiones políticas y sociales”.
Además hizo una mención especial y esperanzadora por la situación de Venezuela para que no disminuya el compromiso de buscar soluciones.
“En general, los conflictos de la región americana, aun cuando tienen raíces diferentes, están acomunados por profundas desigualdades, por injusticias y por la corrupción endémica, así como por las diversas formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas”.
Por tanto, afirmó, “es necesario que los líderes políticos se esfuercen por restablecer con urgencia una cultura del diálogo para el bien común y para reforzar las instituciones democráticas y promover el respeto del estado de derecho, con el fin de prevenir las desviaciones antidemocráticas, populistas y extremistas”.