Pasan por su casa, se interesan por su salud y detectan necesidades que no ven sus familiares a cientos de kilómetros.La soledad ha puesto en guardia a muchos Estados que gozan -teóricamente- de una sociedad avanzada. Cada vez son más millones de personas las que superan los 80 años y viven solos, sin ningún familiar cerca que pueda estar pendiente de ellos. En el Reino Unido, la medida del Gobierno fue reveladora cuando Theresa May creó el Ministerio de la Soledad.
Para paliar la situación, en Francia ha aparecido una iniciativa que está dando frutos muy positivos. Gracias a la red de profesionales del servicio de Correos, que llega a todas las poblaciones del país, los carteros se han convertido en los nuevos “ángeles de la guarda” de los abuelos.
La fórmula permite que las familias que cuenten con algún miembro de la tercera edad que viva solo y al que sea difícil visitar por la distancia de kilómetros que los separa, puedan contratar el servicio de Correos para que el cartero haga desde una visita a la semana hasta 6 (de lunes a sábado) a esa persona que vive aislada.
De este modo, la familia puede comprobar que está bien de salud y que no le falta lo necesario para desenvolverse. Los carteros de La Poste France, con este nuevo servicio, pueden llegar a atender a 3 millones y medio de personas, que son las que en Francia pasan de los 80 años.
En esta propuesta no solo hay beneficio para la tercera edad y sus familias. También los trabajadores de La Poste France estarán satisfechos con la medida porque, además de asegurar sus puestos de trabajo pese a que el número de cartas ha descendido en los últimos años, numerosas investigaciones sociológicas han probado que los trabajadores de una empresa son más felices cuando su labor va en servicio de otros.
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Las familias que deciden emplear este servicio deben abonar una tarifa mensual, según informa la periodista Carme Escales en “El Periódico”. La más económica es de 19,90 euros. No todo el mundo puede costearse una plaza de residencia geriátrica, que cuesta en torno a los 2.800 euros mensuales, de ahí que este servicio supla una importante necesidad porque en el caso francés, la media de distancia entre abuelos y familiares es de 200 kilómetros.
Cartas para los mayores
El programa de La Poste se llama Veiller sur mes parents (Velar por mis padres).
Este servicio fomenta, de algún modo, la comunicación familiar. No solo se hace llegar al smartphone de la familia un informe acerca del estado del abuelo, sino que también este recibe una vez al mes un diario personalizado con fotos y mensajes de sus hijos y nietos. Es una nueva versión de la “carta 2.0”.
Por una tarifa superior, también es posible disponer de un servicio de teleasistencia las 24 horas del día.
La atención a los mayores “vía cartero” es un modo de afrontar la “cultura del descarte” que tanto critica el papa Francisco porque se abandona a los abuelos. El modelo, además, es transferible a otros países donde la función del cartero ha quedado mermada. España se encuentra entre ellos.
Ahora es la paquetería de Amazon la que da la mayor cantidad de trabajo a los carteros, pero combinarla con visitas a personas mayores ofrece una dimensión todavía más humanizada a este servicio.
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