Un recorrido fotográfico por excepcionales construcciones religiosas ubicadas en el centro histórico de la más turística de las ciudades colombianas
Esta ciudad colombiana declarada por la Unesco Patrimonio Histórico de la Humanidad en 1984 es un maravilloso museo a cielo abierto, junto al mar Caribe, en donde todos sus lugares deslumbran e invitan a no querer dejarlos nunca.
El puerto, sus murallas de piedra, las fortificaciones militares, sus plazoletas con nombres de próceres, las esquinas que evocan otros siglos, las casas de estilo colonial, las construcciones republicanas, los templos con sus leyendas, las coloridas playas, la naturaleza verde y azul, los modernos edificios, su exótica comida, la rumba, la champeta, el encanto de sus habitantes…
En fin, hay que viajar a la ‘Ciudad heroica’ —excitante y cautivadora, pero al mismo tiempo con enormes contradicciones sociales— para comprobar que todo lo que se dice de ella es rigurosamente cierto.
Por ahora, Aleteia los invita a hacer un recorrido por seis iglesias coloniales construidas por diferentes comunidades religiosas y que a lo largo de la historia han sido escenarios de momentos cruciales de la vida de la ciudad, de Colombia y de la Iglesia católica. Todas ellas quedan a corta distancia entre sí y se pueden visitar sin afanes y en pocas horas.
-
Catedral de Santa Catalina de Alejandría
Este gran templo con influencia de la arquitectura andaluza de la época, sustituyó a una modesta construcción de paja y cañas se empezó a construir en 1577 y fue terminado en 1612. Unos años antes de su terminación fue atacado a cañonazsos por el pirata inglés Francis Drake quien exigió a los cartageneros una considerable cantidad de oro y plata para no destruirla. A finales del siglo XIX fue objeto de una profunda y criticada intervención dirigida por el francés Gastón Lelarge. Este arquitecto fue el encagado de construir la cúpula que junto con la de la iglesia de San Pedro Clavar se han constituido en emblemas de la ciudad. (Foto de Vicente Silva Vargas).
La iluminación de la cúpula de Lelarge, vista desde un costado del Parque de Bolívar, es uno de los atractivos nocturnos del centro histórico de Cartagena. Desde cualquier punto, el visitante siempre la podrá observar y sentirá su presencia. La catedral es la sede de la arquidiócesis de Cartagena. (Foto cortesía de Atilio Barrios).
Interior de la catedral de Santa Catalina de Alejandría. Los arcos y columnas en piedra corresponden a los diseños originales que se salvaron de la controvertida reforma de Lelarge que, según historiadores, fue desastrosa para el arte colonial de la ciudad. Aun así, esta catedral de estilo herreriano considerada como una de las más antiguas de América, es impactante por dentro y por fuera. (Foto cortesía de Atilio Otero Barrios).
-
Iglesia de San Pedro Claver
Las torres y la cúpula de este templo construido por la Compañía de Jesús entre 1580 y 1654, enmarcan, al fondo, la ciudad moderna con sus edificios, centros comerciales y hoteles de lujo. La cúpula, otro referente de la ciudad, también fue erigida por el cuestionado Gastón Lelarge a finales del siglo XlX. (Foto cortesía de Atilio Otero).
Otro de los atractivos de la iglesia en la que se venera al jesuita español san Pedro Claver es su fachada en piedra de sillería, un material poroso y muy difícil de labrar. Los especialistas afirman que este tipo de piedra fue utilizado por los arquitectos españoles al no encontrar, en lo que hoy es Colombia, materiales de alta calidad como mármol o granito. (Foto cortesía de Atilio Otero).
En el altar mayor se encuentran las reliquias de san Pedro Claver, el sacerdote español que entre 1622 y 1654 se dedicó a proteger y cuidar a los africanos esclavizados por traficantes y vendidos como mercancías humanas para que trabajaran en condiciones humillantes en propiedades de europeos llegados al Nuevo Mundo. Este templo y la tumba del llamado ‘Esclavo de los esclavos’ fueron visitados por los papas san Juan Pablo II y Francisco. (Foto de Vicente Silva Vargas).
-
Iglesia de Santo Domingo
Este templo —también conocido como la iglesia del convento de Santo Domingo— fue erigido a lo largo de 150 años. Su construcción empezó en 1578, pero debido a inconvenientes económicos solo se pudo concluir hacia 1730 cuando el rey de España, Felipe V, apropió nuevos recursos. Su fundación y construcción estuvieron a cargo de los frailes de la Orden de Predicadores o dominicos. (Foto de Vicente Silva Vargas).
El portal de Santo Domingo, como muchos otros de iglesias y construcciones cartageneras, fue hecho en piedra de sillería, un material muy común en el Caribe colombiano. A lo largo de su historia, el templo ha servido como lugar de adoctrinamiento de indígenas, centro de formación de predicadores, sede administrativa de los dominicos y cementerio, ya que fue utilizado por las familias pudientes de la ciudad para sepultar a sus muertos. (Foto de Vicente Silva Vargas).
Uno de los atractivos del interior de Santo Domingo es el ‘Cristo de la expiración’, una hermosa imagen tallada en madera, ubicada en uno de los altares laterales del templo. La tradición dice que desde el lugar donde se le mire, este Cristo “sigue con su vista al visitante”. Algunos historiadores aseguran que esta iglesia es la más antigua de Cartagena. (Foto de Vicente Silva Vargas).
-
Iglesia de Santo Toribio de Mogrovejo
Localizada en el popular barrio de San Diego, esta fue la última iglesia levantada durante el largo período de la Colonia (1550-1810). En su interior se destacan el coro, el techo de madera labrada de estilo cordobés, el artesonado del altar mayor, las pilas de agua bendita al estilo del renacimiento sevillano y las puertas de madera de la sacristía. También es posible admirar algunas pinturas murales de la época colonial. (Foto de Vicente Silva Vargas).
En Santo Toribio de Mogrovejo está el único altar mayor de estilo barroco de Cartagena. Otro atractivo es una bala de cañón lanzada el 27 de abril de 1741 por las tropas del almirante inglés Edward Vernon cuando la ciudad celebraba el día del sacerdote español santo Toribio de Mogrovejo. El proyectil cayó en medio de los feligreses que asistían a misa aquel día sin causarles ningún daño, por esa razón se considera que ese hecho fue un “acto divino fruto de la misericordia de Dios”. (Foto de Vicente Silva Vargas).
-
Ermita de San Roque
En la calle del Espíritu Santo, en el populoso barrio de Getsemaní, está una de las iglesias más pequeñas del centro histórico de Cartagena. Su origen se remonta a mediados del siglo XVII cuando los hermanos de la Orden de san Juan de Dios decidieron construir una ermita y un hospital contiguo para atender a los afectados por una terrible epidemia de peste que diezmó a la ciudad. (Foto cortesía de Atilio Otero).
En comparación con otras iglesias, el templo de San Roque es extremadamente sencillo y elemental, tanto en su parte interior como en la exterior. Su única nave es alargada, los techos son de madera, el altar ha sido renovado, sus pisos son de ladrillo, el campanario posee dos cuerpos y el portal es de piedra sillar. (Foto de Vicente Silva Vargas).
-
Iglesia de la Santísima Trinidad
La iglesia de la Trinidad, como se le llama coloquialmente, también está ubicada en el colonial barrio de Getsemaní. Este templo de tres naves que se empezó a construir en 1716, tiene ciertas similitudes con el dieño orginal de la catedral de Cartagena. Sus capillas laterales conforman una cruz y tanto los techos como el presbiterio tienen una notoria influencia mudéjar. (Foto cortesía de Atilio Otero).
Además de su significado religioso, la Trinidad está ligada a la historia de Cartagena como quiera que que en su plazoleta, el líder popular Pedro Romero comenzó la revuelta que originó la independencia de la ciudad en 1811. En su honor y en el de otros próceres, fueron erigidas estatuas en bronce que hacen parte del paisaje de la plazoleta y la iglesia. (Foto de Vicente Silva Vargas).
Te puede interesar:
Colombia: Cinco lugares para la familia y el espíritu