A propósito de las inquietudes de feligreses sobre cuánto dinero dar para un oficio
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¿Existe un tarifario para las misas de recuerdo de un difunto, de acción de gracias, o las celebraciones de matrimonio, primera comunión y presentación?, pregunta recurrente por parte de algunas personas. El papa Francisco ha respondido claro como el agua: “la redención es gratuita”.
Así lo ha dicho en varias ocasiones, por ejemplo la audiencia general del 7 de marzo de 2018 en el aula Pablo VI del Vaticano dedicada a la “Santa Misa: Liturgia eucarística y la Plegaria eucarística”.
El Papa subrayó que nadie debe ser olvidado en la plegaria eucarística. “Padre, ¿cuánto tengo que pagar para que me digan mi nombre allí (en la misa)?” -Nada. ¿Entendiste? ¡Nada!”.
La misa no se paga. “La misa es el sacrificio de Cristo, que es gratis. La redención es gratis. Si deseas hacer una ofrenda, hazla, pero no se paga. Esto es importante entenderlo”, dice enfático.
En este caso, también ha indicado que si tenemos alguna persona, pariente o amigo que lo necesita, o que ha pasado de este mundo a otro, “podemos nombrarlo, interiormente y en silencio, o hacer escribir para que el nombre sea dicho”. Y esto “no debe ser pagado”.
De esta manera, el Pontífice aclara que los sacramentos son gratis, pues la Iglesia los ha recibido.
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Obviamente, queda la libertad del corazón de ofrecer una ofrenda, pero no se paga. En otras ocasiones se había referido a los “tarifarios” de las celebraciones de los sacramentos, como bautismos y matrimonios, o exequias.
Pero, en el caso especifico de las misas en sufragio de los difuntos, que son celebradas a diario por los sacerdotes rezando por las almas, insistió de nuevo que no se pagan.
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El Código de Derecho Canónico (n.945) también regula las ofrendas e insiste a los sacerdotes para que celebren la misa con las intenciones de los fieles, “sobre todo de los necesitados, aunque no reciban ninguna ofrenda”.
Sin embargo, ellos pueden recibir una ofrenda libre. No se trata de una tarifa por un servicio que obliga a dar dinero.
Cabe mencionar que algunas diócesis han pedido a sus sacerdotes fijar un mínimo de ofrenda. Esto para indicar que no es lícito recibir más dinero.
En los santuarios las ofertas son diversificadas. Por ejemplo, en la Basílica de Santa María de Guadalupe existe un módulo de recepción, misas y donativos.
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