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Eran exactamente las 19:17 horas cuando el Papa Francisco -aún sentado en su silla de ruedas, a pesar de un momento de vacilación que sugería que le habría gustado levantarse- llamó simbólicamente a una puerta y abrió la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, que había sido cerrada el 20 de noviembre de 2015, al final del Jubileo de la Misericordia. Entró en la basílica en profundo silencio, antes de que repicaran las campanas y sonara el himno del Jubileo 2025 "Peregrinos de la esperanza".
"Crucemos el umbral de este templo santo y entremos en el tiempo de la misericordia y del perdón, para que se revele a cada hombre y a cada mujer el camino de la esperanza que no defrauda", dijo el Papa durante la oración litúrgica que abrió la ceremonia.
Este rito de apertura estuvo precedido por una liturgia de la Palabra, con la lectura de textos del Antiguo Testamento en italiano, inglés, francés y español, y la proclamación del Evangelio en latín. La celebración comenzó en el atrio de la basílica y fue seguida en pantallas gigantes por los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro.
Como signo de la universalidad del Pueblo de Dios, 54 fieles de diferentes condiciones sociales, incluidos niños y personas con discapacidad, atravesaron la Puerta Santa ante los cardenales y prelados y participaron en la procesión hacia el altar. Vestían trajes tradicionales de sus países de origen: Argentina, Australia, Austria, Brasil, Canadá, China, Congo, Corea del Sur, Egipto, Eritrea, Filipinas, Francia, India, Irán, Italia, Malta, México, Nigeria, Papúa Nueva Guinea, Samoa, Eslovaquia, Estados Unidos, Tanzania, Togo, Tonga, Venezuela y Vietnam.
Además de algunos de los cardenales, obispos y prelados que concelebraron esta Misa, pudieron pasar por la Puerta Santa cuatro "delegados fraternos" en representación de las demás Iglesias. Estuvieron presentes varios representantes de las autoridades civiles, entre ellos el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, y la jefa del Gobierno, Giorgia Meloni.
Por razones de seguridad, la Puerta Santa no estará abierta por el momento a otros fieles congregados en el interior de la basílica. La misa de Nochebuena continuó en el Altar de la Confesión.
Las otras cuatro Puertas Santas
El 26 de diciembre, el Papa Francisco abrirá una segunda Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, al noreste de Roma, que ya ha visitado en varias ocasiones. La prisión es famosa por haber acogido en 1983 al Papa Juan Pablo II para perdonar al terrorista Mehmet Ali Agça, que había intentado asesinarlo dos años antes.
El rito de apertura de las Puertas Santas de las otras tres basílicas mayores será realizado posteriormente por sus respectivos arciprestes y no por el Papa: el 29 de diciembre de 2024, contrariamente a lo que había indicado en la bula Spes non confundit, no será Francisco sino el cardenal Baldassare Reina quien abra la Puerta Santa de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis de Roma.
El 1 de enero de 2025, será el turno del cardenal polaco Stanisław Ryłko de abrir la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor. Por último, la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros será abierta el 5 de enero por el cardenal James Michael Harvey.
A diferencia del enfoque propuesto durante el Jubileo de la Misericordia 2015-2016, esta vez no se ha pedido a las demás diócesis que establezcan sus propias Puertas Santas. No obstante, las misas de apertura del Jubileo se celebrarán en todas las catedrales del mundo, en principio el domingo 29 de diciembre.