Como cada año, la revista Time publica la lista de las 100 personas más influyentes del mundo. Llama la atención de 45 de estas 100 personas sean menores de 40 años de edad. Y más aún que el presidente número 44 de Estados Unidos, Barack Obama, haya sido quien escribiera la semblanza de un grupo de preparatorianos, reconocidos en la categoría de “Pioneros”.
Se trata de Cameron Kasky, Jacklyn Corin, David Hogg, Emma González y Alex Wind, todos ellos alumnos de la Marjory Stoneman Douglas High School (Parkland, Florida) en la que el Miércoles de Ceniza (14 de febrero) de 2018 un asesino serial mató a 17 personas. Estos muchachos han puesto de cabeza a Estados Unidos, con una sola consigna: no más armas.
Contra las “verdades hechas”
El presidente Obama comienza haciendo un dibujo de lo que sucede siempre en Estados Unidos tras un acontecimiento como el de Parkland: se ofrecen “pensamientos y oraciones” por las víctimas y sus seres queridos; se especula sobre los motivos del tirador; se inicia un debate sobre el fácil acceso a las armas que existe en el país y, finalmente, el debate político se polariza sin que se pueda hacer nada.
“Esta vez, algo diferente está sucediendo”, dice Obama en su semblanza. “Esta vez, nuestros hijos nos llaman a dar cuenta”. Los chicos de Parkland ni son cabilderos ni tienen presupuesto alguno para “atacar” a sus oponentes en el debate sobre armas sí o armas no. Es más, no tienen siquiera la edad para poder votar. Pero tienen el poder de “ver el mundo de nuevo; rechazar las viejas limitaciones, las convenciones obsoletas y la cobardía con demasiada frecuencia disfrazados de sabiduría”.
Para Obama, el recuerdo de la muerte de sus amigos en la escuela –un lugar que debería ser seguro—hace que estos chicos y chicas no se intimiden fácilmente. Por ejemplo, consideran que la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y sus aliados son señuelos para “aquellos que ganan dinero vendiendo armas de guerra a cualquiera que pueda pagar”.
Nuestros hijos nos ponen la muestra
En otras palabras, no tienen reparos en decirle sus verdades al poder, echar por la borda las perogrulladas y movilizar a sus compañeros. No obstante, ya hayan tenido algún éxito en los estados y en algunas cadenas minoristas para endurecer un poco más el acceso a las armas, la verdad, dice Obama, que las cosas se van a poner peor. El Congreso, de mayoría Republicana, “permanece impasible” y las tácticas de miedo de la NRA “todavía influyen en gran parte del país”. Por ello, subraya Obama, “el progreso será lento y frustrante”.
Son un grupo que se ha hecho influyente porque su testimonio “nos sacuden de nuestra complacencia”. Han movido las fichas de un tablero que parecía inamovible. “A medida que estos jóvenes líderes hagan una causa común con los afroamericanos y los latinos -las víctimas desproporcionadas de la violencia con armas de fuego- y alcancen la edad para votar, las posibilidades de un cambio significativo aumentarán constantemente”, remarca Obama en su perfil de los jóvenes de Parkland.
Y termina diciendo que la historia de Estados Unidos se define por el empuje juvenil para hacer que el país “sea más justo, más compasivo, más igual ante la ley”. Por lo demás si esta generación de Parkland, de Dreamers, de Black Lives Matter sigue unida, hará el cambio.
“Nuestros hijos ahora nos muestran lo que les hemos dicho sobre Estados Unidos, incluso si no siempre lo hemos creído nosotros mismos: que nuestro futuro no está escrito para nosotros, sino por nosotros”.
Hoy celebramos a...