A todos nos gusta saber que nuestra vida va sobre ruedas. Hay temporadas, o días, o momentos, en los que la vida transcurre con una cierta calma. Hay estabilidad y todo funciona según el plan establecido. Hasta que, de repente, las cosas se tuercen y aparece una dificultad, un contratiempo.
¿Qué puedo hacer cuando esto ocurre y se acaba la paz? No sé si ustedes tendrán esa sensación pero la calma viene a ser la famosa “siesta” española y el contratiempo es que le despierten a uno de golpe.
Cuando hay una novedad que nos angustia, que nos hace perder la paz, que nos descoloca, veremos que nos puede ayudar mucho: la improvisación. Saldremos del espacio de confort y descubriremos otras áreas en nuestra propia vida.
Primero distinguiremos entre adversidad y cambio de planes
- La adversidad es un problema, algo contrario a lo que estaba previsto, algo que dificulta el objetivo que nos proponíamos. Es una adversidad que se produzca un corte de luz y no funcionen los electrodomésticos ni el pc, por ejemplo.
- El cambio de planes es una situación distinta a la que nosotros esperábamos o habíamos planificado. Puede que sea positivo, no tiene por qué ser negativo siempre. Un cambio de planes podría ser que nos tocara la lotería o una herencia, por ejemplo.
¿Te afecta negativamente un cambio de planes?
Quizá es que tiendes a pensar que las cosas en la vida funcionan mejor según tú las has calculado. Eso en principio es positivo porque indica que tomas las riendas de los asuntos y te gusta la previsión.
La previsión es positiva y forma parte de la prudencia. Ser previsor es muy bueno. Pero, ojo, que el ser previsor no te convierta en una persona rígida.
Planificar, de entrada, no puede ser encerrarte en una sola opción.
Si hay un cambio de planes, la persona verdaderamente inteligente (y prudente) es la que sabe adaptar el plan previsto a las nuevas circunstancias… hasta el punto de hacerlo volar por los aires y producir un cambio de 180 grados si fuera necesario.
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Descubrir talentos en la adversidad
Por ejemplo, una dificultad económica puede hacer que no puedas pagar el colegio que habías pensado para tus hijos. Pero esa misma adversidad es posible que te impulse a buscar becas, organizarte con otros padres para lograr recursos públicos, mejorar en tu trabajo profesional para conseguir más ingresos… Y descubrir que tenías talento para todo eso.
Los cambios de planes han obrado grandes decisiones en la Humanidad.
El revés económico o una guerra, por ejemplo, es un cambio en los planes de muchas familias, que se ven movidas a emigrar. Y, después de todo, con el tiempo se ha visto que aquella mudanza fue muy provechosa. ¡Cuántos emprendedores que han hecho historia son hijos de emigrantes!