Viola Desmond fue una de las grandes protagonistas del movimiento de los derechos civiles de los afrocanadiensesHace 72 años, una mujer emprendedora de 32 años estaba en un viaje de trabajo cuando, de repente, su carro se accidentó. La reparación tomaría más tiempo de lo previsto, así que decidió ver una película en un teatro cercano.
Cuando Viola Desmond llegó al sitio donde vendían las entradas, pidió una para la mejor sección: patio central. Recibió un ticket, el cambio y procedió a entrar. Todo parecía marchar perfectamente, pero al intentar ingresar a patio, la persona de protocolo le dijo que su entrada era para el balcón.
Debe ser un malentendido, pensó, así que fue de nuevo al sitio de las entradas. Sin embargo, el vendedor le dijo: “Lo siento, pero no me permiten venderle entradas de patio a su gente”.
La discriminación no era algo que, lamentablemente, le era ajeno.
Muchas escuelas de belleza de su ciudad natal (Halifax) le negaron ingreso por su color de piel y tuvo que buscar entre varias hasta que finalmente la aceptaron en Montreal y, posteriormente, en Nueva York. Sin embargo, eso fue también lo que la animó a crear su propia línea de belleza para pieles oscuras, así que digamos que Viola Desmond era una mujer que luchaba por lo que quería y buscaba cómo darle la vuelta a las cosas.
Pero en el teatro no tuvo tanta suerte. Cuando intentó nuevamente sentarse en la butaca del patio, el manager la confrontó y llamó a la policía. Pasó la noche en la cárcel y, como delito, le imputaron la falta de pago del impuesto de entretenimiento (la diferencia entre el asiento de patio y de balcón), ya que no existía ninguna ley de segregación.
Ella llevó su caso a la corte suprema de la localidad, pero perdió el juicio. Fue multada por fraude y se fue a vivir a los Estados Unidos, país donde otra mujer de color también dijo no a la discriminación en 1955: Rosa Parks.
Te puede interesar:
Rosa Parks, la mujer que supo decir “no”
Viola murió 20 años después por una hemorragia gastrointestinal y nunca vio la justicia, pero su caso y entereza fue, sin duda, fuente de inspiración para el movimiento de derechos civiles de Canadá y otras partes del mundo.
En 2010, el gobierno canadiense le concedió un indulto póstumo, el primero en la historia del país. Asimismo, ha sido imagen de las estampillas de su país, un ferry lleva su nombre y el año pasado fue elegida para que se convirtiera en la primera mujer no perteneciente a la familia real en engalanar el billete de $10.
El pasado 8 de marzo, a propósito del día de la mujer, fue revelado el diseño en presencia de su hermana. Aparece Desmond junto al Museo de Derechos Humanos en tonos violetas (color asociado con la igualdad, particularmente por el feminismo, por la mezcla de rojo y azul; aunque también significa penitencia): “Su historia sirve de inspiración a todos los canadienses y actúa como un poderoso recordatorio de cómo las acciones de una persona pueden desencadenar el cambio en varias generaciones”, dijo el ministro de finanzas, Bill Morneau.
Te puede interesar:
¿El “feminismo actual” está realmente ayudando a las mujeres?