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Venezuela: Colegios privados enfrentan “cierre técnico”

VENEZUELA
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Macky Arenas - publicado el 12/03/18
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En los salones de clases las carteleras dicen “Bienvenidos al nuevo año escolar” pero los pupitres están vacíos

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La Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas señala que a principios de año cesaron actividades 13 colegios en Caracas, 5 en Maracaibo y 4 en Puerto Ordaz. Esto ocurre en un contexto en el que aumenta el número de niños y jóvenes fuera del sistema escolar: la Encuesta Condiciones de Vida alerta que en los 2 últimos años el acceso a la educación entre la población de 3 a 24 años descendió de 78 % a 71 %.

De acuerdo con datos del informe 2018 del estado de la educación en el país, elaborado por el coordinador de la línea de investigación Memoria Educativa Venezolana de la Universidad Central de Venezuela, Luis Bravo, entre el período escolar 2013-2014 y el 2014-2015 dejaron de existir 12 planteles privados –incluyendo los subvencionados por el Ministerio de Educación y el Estado. De 4.871 se pasó a 4.859.

El informe, elaborado con base en información pública oficial, indica que las instituciones oficiales también cierran sus puertas. Para el período escolar 2004-2005 se contaron 24.940 escuelas, pero el total para 2006-2007 fue de 22.901. Eso significa que 2.039 planteles desaparecieron.

Las memorias educativas que se publican periódicamente indican que el sistema atiende cada vez a menos estudiantes y que los presupuestos destinados a la investigación científica en nuestras universidades son casi inexistentes a estas alturas. Pero lo que ocurre con la educación primaria, la básica, es realmente dramático. Colegios y escuelas de enseñanza privada, con décadas de servicio escolar regular y de calidad, están cerrando aulas.

“De un año a otro puede haber un diferencial de 100 escuelas y uno pregunta qué es lo que pasa. Eso se debe en principio a la debilidad de la información y en segundo lugar a que aquí no se están construyendo muchas escuelas. Está ocurriendo un fenómeno, y es que nunca las escuelas oficiales se cerraban; se disolvían con otro nombre, pero no cerraban”, explica Bravo.

La construcción de nuevas escuelas ha sido, más que insuficiente, precaria. Según el informe anual de la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas, en 2015 se construyeron 27, entre escuelas y liceos bolivarianos, unidades educativas, escuelas técnicas y “simoncitos”. Pero en 2014 y 2013 no se llegaron a construir más de 17.

Los directores vienen anunciando los cierres desde enero a la comunidad de padres, representantes, personal docente, administrativo y obrero, así como a las autoridades del Ministerio de Educación. El motivo: la “inconsistencia financiera” que viven desde hace tres años.

Una afligida directora se expresó en estos términos: ““El año escolar pasado fue muy duro, por lo que no quería abrir en septiembre. Tuve que cerrar la mitad de la escuela, en diciembre vendí una parte del terreno para pagarles a las maestras. Solicité préstamos porque incluso nosotros como directivos no teníamos con qué hacer mercado. No cobramos desde diciembre”. Y agrega: “Me siento utilizada por el Ministerio de Educación y la Alcaldía. Después de lograr que me dieran un subsidio, al cabo de mucho tiempo, entonces ahora se vuelve insuficiente. Por lealtad a mí misma decidí cerrar. A lo mejor este colegio era mi verdadera misión, pero que ahora se hace imposible”.

Aseguran que la matrícula merma. Hay 2,8 millones de estudiantes que asisten de manera irregular a clases por fallas en el servicio de agua, alimentación y transporte, según la Encuesta sobre Condiciones de Vida de 2017, que elaboran las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón Bolívar.

Las instituciones que cierran proceden a reubicar a los estudiantes a fin de garantizar que en julio todos tengan un cupo en otra institución. Pero el deterioro es una mole que se viene encima y a esta paso, tarde o temprano, tocará a todas y cada una enfrentar un quiebre técnico.

El presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas en Caracas, Fausto Romeo, señala que los colegios no tienen capacidad de pago. “En octubre de 2017 teníamos un reporte de cierre de 10% en todo el país. En enero se incrementó 15%, adicional a los que ya se habían cerrado. Hay unos costos fijos que son lo que nos están faltando. Anteriormente, entre costos fijos y costos variables uno podía solventar, pero ahora no”. Expresa que hace 2 meses 13 colegios cerraron en Caracas, 5 en Maracaibo y 4 en Puerto Ordaz. “A lo mejor está sucediendo el cierre de un colegio diario”, se atreve a calcular.

Según la firma Econométrica, la inflación fue de 95,3 % por lo que, a la fecha, los planteles privados no pueden garantizar la operatividad para el próximo año escolar. “Todos los colegios pequeños que no pueden hacer ajustes para cancelar sueldos y salarios por lo que están a punto de cerrar. Estamos en fase de subsistencia. Casi todos a punto de cierre”, asegura el presidente de Andiep, Alejandro Conejero. Son 164 colegios que agrupa la organización. “Quisiéramos asegurar la operatividad, pero eso no depende de nosotros sino de cómo se mueva la economía del país; a este ritmo de la inflación y este éxodo de docentes y alumnos, cada día se hace más difícil”, enfatiza Conejero.

El presidente de la Cámara Venezolana de Educación Privada, Pedro Castro, destaca que los 200 colegios que integran la organización tratan de finalizar el año escolar. “Estamos sobreviviendo”.

La Encuesta de Condiciones de Vida de 2017 señala que en los 2 últimos años el acceso a la educación entre la población de 3 a 24 años descendió de 78 % a 71 %. También indica que existe una caída en el número de inscritos en educación privada: “La pérdida del poder adquisitivo en los hogares parece haber incidido sobre una menor demanda de servicios privados, especialmente en las edades de cursar educación inicial o universitaria”.

Desde el 2016 vienen cerrando colegios y universidades. Pero en enero de este año, recapitulando, el éxodo de familias al exterior, al imposibilidad de pagar matrículas y la ausencia de escolares en las aulas por falta de alimentos, elevados costos del transporte y la precariedad de la infraestructura educativa hablan de unos niveles de agudización en la crisis económica que no permite a las instituciones educativas asegurar su operatividad para el año en curso.-

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