Los musulmanes expresan su adoración a Dios mediante los actos de culto o ̔al-ἱbādat ( ̔Ibāda en singular).
Esta palabra aparece en el Corán en varias ocasiones (10:29; 18:118; 19:65) también con un sentido más amplio de servicio. Está referida a la práctica religiosa.
Para la dimensión teórica de la fe el Islam posee el término ̔aqi᷅da (el credo). Designa aquellos asuntos que son considerados artículos de fe: unicidad de Dios, existencia de ángeles, Libros Sagrados o el juicio final.
Sobre el credo islámico se tiene un conocimiento mayor.
Sin embargo, en cuanto a la práctica religiosa, existe una tendencia generalizada a concebir la religión islámica como una creencia muy formalista.
Sentido de los ritos
Unos actos de culto que, vistos por un no musulmán, dan la impresión de ser automáticos y, hasta a veces, vacíos y repetitivos.
Son actos rituales que todo “buen musulmán” debe cumplir puntualmente. Pero no vemos unidad en ellos. Para nosotros carecen de sentido.
Quizá esta percepción se ve favorecida por la ausencia de una iglesia o jerarquía visible, al modo que poseen por ejemplo judíos o cristianos.
Sin embargo, debemos subrayar el hecho de que en el mundo musulmán también existen jerarquías. Pero quizá no son tan evidentes fuera del ámbito islámico.
Existen personas responsables de las funciones del culto. Los símbolos, los ritos, los espacios y los tiempos están bien establecidos dentro de la comunidad.
Al igual que en otras tradiciones religiosas, en el Islam al-ἱbādat está haciendo referencia a elementos constitutivos de la religión, constantes y universalmente presentes.
Manifestación del misterio divino
Los actos de culto musulmán se manifiestan a través de la alabanza a Dios (tasbih) y el agradecimiento (šukr).
Todo ello se expresa a través de la oración (salāt). En ella está presente la invocación a Dios (du ̔āʼ), el recuerdo y la mención de su santo nombre (ḏikr).
Todos estos actos religiosos son la manifestación del misterio divino, están ordenados hacia Él con recta intención (Qur. 6:79; 31:22).
En este sentido, debemos subrayar que los actos de culto o devoción del hombre a Dios indican, para el musulmán, la servidumbre a Él debida.
El musulmán es siervo de Dios, a diferencia del cristianismo donde el hombre es hijo de Dios.
Pilares del islam
Dentro de ̔al-ἱbādat debemos incluir los llamados pilares del islam: la oración ritual (salat), el ayuno (sawm), el azqaque o limosna (zakat) y la peregrinación a Meca (al-hayy).
Sin embargo, estos actos no valen nada si no poseen una recta intención: niyya.
Es decir, la moral islámica no es formalista, externa, objetiva. Lo que da verdadero sentido a cada gesto que lleva al diálogo con Dios es la intención con que son realizados.
Y es justamente esa intención, que nace del interior del alma humana, la que será evaluada al final de la vida.
Esta norma de conducta, bien dirigida, nos acerca a Dios y nos purifica. De este modo, la intención es el origen de la virtud.
Para completar este planteamiento, hay que apuntar que la jurisprudencia islámica incluye las leyes referentes a alimentación, sacrificio de animales, derecho de familia, herencia, contratos y otros procedimientos dentro de las transacciones sociales o al-mu ̔āmalāt.
Son concebidas como disposiciones divinas respecto a las actividades humanas y aluden directamente a la ética islámica.
REFERENCIAS:
CORPAS, M.A: “Los cinco pilares de la fe musulmana”, http://es.aleteia.org/2015/09/30/los-cinco-pilares-de-la-fe-musulmana/ - “El ayuno o sawm”, http://es.aleteia.org/2015/09/30/pilares-del-islam-3-el-ayuno-o-%E1%B9%A3awm/
- “La limosna o zakat”, http://es.aleteia.org/2015/09/30/pilares-del-islam-4-la-limosna-o-zakat/ - “La peregrinación a Meca”, http://es.aleteia.org/2015/09/30/los-pilares-del-islam-5-la-peregrinacion-a-la-meca-o-hayy/