“La felicidad es la diferencia entre la percepción de los acontecimientos de nuestras vidas y las expectativas que tenemos sobre ella”. (Mo Gawdat, CEO de Google X)
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Dijo Benjamín Franklin que la Constitución solo garantiza al pueblo de los Estados Unidos el derecho a buscar la felicidad, pero que depende de cada uno de nosotros conseguirla.
Todos tenemos dentro de nosotros ese afán de ser felices. Es una necesidad interior real, latente, viva que nos mueve muchas veces hasta hacer las cosas más “locas” y fuera de lo común con tal de experimentarla.
Mo Gawdat – CEO de Google X- tuvo esa misma inquietud. Su empeño por descubrir que nos hace felices y tras perder a su hijo de 21 años por una negligencia médica lo llevó a encontrar el algoritmo de la felicidad.
Mo Gawdat cuenta que una tarde, hace casi 20 años, se compró por internet dos Rolls-Royce simplemente porque podía hacerlo. En el fondo lo que intentaba era llenar un vacío interior, de su alma. Cuando llegaron esos costosísimos juguetitos su ánimo no cambió para nada.
Luego su historia fue muy distinta. Después de un trabajo personal profundo y de escapar de lo que los psicólogos llaman rutina hedónica, empezó a invertir su tiempo en un proyecto trascendente y mucho más satisfactorio que cualquier otro: identificar qué es lo que le hace sentir bien al ser humano y traducirlo en una fórmula matemática: la felicidad es la diferencia entre la percepción de los acontecimientos de nuestras vidas y las expectativas que tenemos sobre ella, donde la aceptación de “lo que es” juega un papel fundamental.
Y para sorpresa, ni el dinero, ni la salud, ni el éxito o la seguridad son factores que se contemplan en esta ecuación.
Mo Gawdat ha dejado su trabajo para dedicarse a tiempo completo a la misión con la que quiere honrar la memoria de su hijo y contagiar de felicidad a 1.000 millones de personas (#1billionhappy).
Aquí, el primer capítulo del “Algoritmo de la felicidad” de Mo Gawdat
Resumo brevemente algunas claves sobre el algoritmo de la felicidad que me parecieron importantes:
- El deseo de aprobación constante es un gran obstáculo para alcanzar la felicidad y en las redes sociales es de lo que nos alimentamos. Por lo mismo, es importante encontrar equilibrio entre sobreexposición, privacidad y bienestar personal.
- Es importante vivir con un ego sano, en equilibrio y nunca desvirtuado. Necesitamos comprendernos, amarnos y aceptarnos a nosotros mismos para poder tratar con el resto del mundo.
- La felicidad, vivir en plenitud consiste en aceptar las circunstancias como son y no pelearlas o rechazarlas. Intentar que las cosas sucedan exactamente como quiero es pelearse con la vida.
- Cuando nos suceden cosas desagradables tenemos 2 opciones: elegir sufrir eternamente sin experimentar cambio alguno; o bien, aceptar, abrazar el dolor y aprender la lección que hay detrás de esa amarga experiencia.
- Hay que buscar la felicidad en los lugares correctos y pensar en ella no como un destino que hemos de alcanzar, sino como una elección o estilo de vida. La felicidad está dentro de cada uno de nosotros, ese debe ser su punto de partida, nuestro interior.
- Nuestro valor predeterminado es la felicidad. ¡Nacimos para eso, es nuestro derecho! Habrá creencias que a lo largo de la vida ya no nos sean útiles para ser felices, por lo tanto, muchas veces tendremos que apretar el botón de “reinicio” y reaprender cuantas veces sea necesario.
- La felicidad es la ausencia de infelicidad. Es nuestro estado de reposo, cuando nada enturbia la imagen o provoca interferencias. Así es, lo único que se necesita para ser feliz es no tener ninguna razón para ser infeliz. ¡Sencillito, verdad!
- El éxito no es un prerrequisito esencial para la felicidad. Aunque el éxito no lleva a felicidad, la felicidad contribuye al éxito.
- Entender que el dolor llega sin avisar, pero el sufrimiento puede ser opcional. Es decir, yo elijo cómo y cuánto sufrir por ese dolor. Yo elijo qué tanto deseo que ese dolor se transforme en un sufrimiento eterno, o bien, tomarlo como catapulta para hacer algo bueno de él.
- Es el pensamiento, no el acontecimiento real, lo que te hace infeliz. Por lo tanto, cambia tu forma de pensar y cambiarás tu forma de vivir y de ser feliz.
Recuerda que la felicidad empieza con una elección consciente: ¡yo elijo ser feliz!
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