La cuestión levanta polvareda, pero es una realidad. Mujeres inteligentes, no se desanimen
Cuanto más inteligentes son las mujeres, más dificultad tienen para encontrar a su pareja ideal. ¿Será eso cierto o solo un comentario para que una mujer single pueda justificar su soltería cuando pasa de los 35?
Antes de entrar en polémica, vamos a ver qué dicen realmente los estudios que se han hecho hasta el momento en relación con las mujeres inteligentes y su capacidad o dificultad para encontrar al hombre ideal.
Un estudio en Inglaterra asegura que las mujeres exitosas tienen un 40 por ciento menos de probabilidades de encontrar una pareja estable.
Al hablar de mujeres exitosas se refiere a que son mujeres inteligentes, que acostumbran a haber estudiado en la Universidad y a tener un puesto de trabajo con un sueldo igual o superior a la media del país. Lo que en otros contextos se llamaría “un buen partido”.
Lo sorprendente de estos datos es que no hablan de dificultad para tener hijos o retrasar la maternidad, sino sencillamente para encontrar a la pareja que les guste.
¿Encuentras tú también dificultades para encontrar a un hombre que consideres el ideal? ¿Será porque eres inteligente y eso te perjudica? Pero, ¿en verdad te perjudica ser inteligente?
Cómo actúa la mujer inteligente
Veamos cómo se desempeña una mujer inteligente a la hora de relacionarse con un hombre:
Con los estudios, ha podido acumular la experiencia de saber. La historia, la filosofía y la literatura proponen modelos y ejemplos de actuación tanto en positivo y en negativo. Quien ha estudiado los puede llegar a conocer (aunque no los haya vivido) y eso le facilita tomar decisiones en un sentido o en otro.
Tiene más experiencia de lo que ocurre a su alrededor porque es observadora. Se fija en el ejemplo que le dan las parejas de su familia, en la población donde vive, los colegas de trabajo… Ha mirado y analizado qué le gusta de ellas y qué cosas no, y ha sacado sus propias conclusiones.
No le vale todo. La mujer inteligente es selectiva. No se conforma con un gesto que haya hecho un hombre para impresionar. Pide explicaciones, quiere asegurarse de qué piensa realmente él sobre los asuntos importantes y los valores.
Analiza de igual a igual. Quiere conversaciones a su nivel y examina lo que el hombre responde. No queda deslumbrada por una frase.
En su proceso de enamoramiento, sabe controlar mejor las emociones y los impulsos. Sabe reconocer el sentimiento y puede decidir si sigue adelante o frenar porque antes quiere conocer mejor al individuo.
Lo material no lo es todo. Evidentemente, a una mujer inteligente también le gusta que le agasajen, pero un piropo, un regalo o un detalle es solo parte del proceso y no la meta. En vez de darse por vencida y rendida a los pies de un hombre, le dirá sencillamente “ok, fantástico, sigue sumando puntos”. (En este apartado, es muy positivo saber que por el camino vas a ir perdiendo la lista de seguidores que no merecen la pena y que creían que con subirte a un automóvil tuneado sería suficiente).
La mujer inteligente resulta desafiante, quizá sin darse cuenta. Porque puede responder con una crítica a lo que dice él, o porque a él le da la sensación de que no sabe por dónde va a salir. En definitiva, él no la controla de principio a fin y eso a algunos hombres no les interesa.
Atención: científicos de la Universidad de Buffalo publicaron en agosto de 2015 un estudio en la revista “Personality and Social Psicology” por el que se comprobaba que la “distancia psicológica” hace de la mujer inteligente un ser menos atractivo sexualmente para el hombre. Es decir, cuando la mujer manifiesta que es inteligente, el varón tiende a perder el interés romántico por ella.
Una cuestión de dominio
La profesora Lora Park, que dirigió el estudio lo atribuye a una cuestión de dominio: el hombre se mostraba más interesado por la mujer inteligente cuando esta quedaba lejos de él. Si entraba en contacto visual o se presentaba en la habitación, ya no le parecía tan positivo establecer relación. Esto es, la realidad de tener a una mujer inteligente cerca le incomodaba.
Una mujer inteligente es más observadora y callada. Se la relaciona con la prudencia. Mide sus palabras, no quiere problemas y por eso antes de emitir juicios que puedan comprometer el futuro de una relación. De ahí que no hable sin ton ni son.
Tienen un listón. No se conforman con cualquier hombre, así que no les importa seleccionar durante algún tiempo. A los hombres no les gusta formar parte de un proceso en el que quizá no van a salir victoriosos. Les altera.
Mas allá de los tópicos, está claro que en el siglo XXI, la complementariedad entre hombre y mujer sigue siendo un desafío apasionante…