Una monja de la Fraternidad de Jerusalén toca el “dulcémele” en la celebración de la Santa Misa en la abadía de Mont Saint Michel, que se encuentra dentro de la ciudad y la isla de Mont-Saint-Michel en Baja Normandía, Francia.
La Comunidad de Jerusalén da una importancia particular a la belleza de la liturgia, como un oasis para todos en la mañana, el mediodía o tarde. Una manera de respirar del agitado ritmo de la vida y poder descansar con el corazón en Dios.
Fotografía de Julian Kumar para GODONG