Reflexión de Francisco en el Angelus el día de la Santísima Trinidad del año 2017En el día en el que la Iglesia católica conmemora a la Santísima Trinidad, el papa Francisco recordó, desde el Balcón de la Plaza de San Pedro, las palabras de la segunda lectura en la que san Pablo se dirige a la comunidad de Corinto -“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes”(2 Cor 13,13)- para después afirmar que esta “bendición” del Apóstol es fruto de su experiencia personal del amor de Dios.
Francisco expresó que “la comunidad cristiana, aun con todos los límites humanos, puede transformarse en un reflejo de la comunión con la Trinidad, de su bondad y belleza”.
Aunque tal y como el mismo Pablo muestra, para que esto ocurra, se debe pasar necesariamente a través de la experiencia de la misericordia de Dios, de su perdón.
Y esto “es lo que les sucede a los judíos en el camino del éxodo” recordó el Papa.
“Cuando el pueblo infringió la alianza, Dios se presentó a Moisés en la nube para renovar aquel pacto, proclamando el propio nombre y su significado: “El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad” (Es 34,6).
Y este nombre expresa que Dios “no está alejado y encerrado en sí mismo” sino que “es Vida que quiere comunicarse, es apertura, es Amor que rescata al hombre de la infidelidad” expresó el Papa.
Y continuó diciendo que “Dios es misericordioso, piadoso y rico de gracia” porque se ofrece a nosotros para colmar nuestros límites y nuestras faltas, para perdonar nuestros errores, para volvernos a llevar al camino de la justicia y de la verdad.
El sucesor de Pedro concluyó mencionando a la Virgen María, para que “nos ayude a entrar siempre más, con todos nosotros mismos, en la comunión trinitaria, para vivir y dar testimonio del amor que da sentido a nuestra existencia”.