Una historia de aplausos y celebración de la vida que ya da la vuelta al mundo“El mundo nos envía basura, nosotros devolvemos música”. Esta frase se convirtió en un verdadero lema. Su autor es Favio Chávez, el director de la famosa orquesta de Cateura (Asunción del Paraguay) que hace música con instrumentos reciclados cuyos componentes fueron encontrados en uno de los vertederos más grandes del país.
Es que la historia de esta orquesta empezó a conocerse hace algunos años cuando trascendió la iniciativa de Favio de agrupar diversos materiales provenientes de un vertedero junto a otras personas que viven de la recolección y el reciclaje de la basura.
Por ejemplo, un violín hecho con una asadera vieja, guitarras de lata, cellos con bidones de aceite, además de otras como contrabajos, violas, flautas, saxofones, trompetas y trombones hechos con restos de basura.
Ahora, a través de la película “La Orquesta de Cateura” (“Landfill Harmonic”) -estrenada recientemente en Paraguay y dirigida por los estadounidenses Brad Allgood y Graham Townsley- se muestra cómo una orquesta nacida en un lugar de descarte logró dar la vuelta al mundo para sorprenderlo con su música.
“El mundo vio un vertedero, ellos vieron una oportunidad”, expresa el tráiler de esta película coproducida entre Paraguay y Estados Unidos.
A través de la cinta es posible conocer cómo fueron los orígenes de esta orquesta, la historia de los primeros integrantes y los llamativos instrumentos reciclados utilizados para tales fines.
Del nerviosismo a la confianza
Cuando empezaron, los integrantes de esta agrupación no convencional sentían los nervios propios de cualquier debutante. Ahora, ya con varios años de gira, la confianza suele imperar entre ellos. “Actualmente hay unos 30 miembros estables en la banda en edades entre 10 y 21 años”, cuenta un reportaje de El País de Madrid.
El trabajo de estos jóvenes ha merecido el reconocimiento de artistas de renombre como la del bajista de Megadeth, David Elles, que en una oportunidad viajó de incógnito hasta el barrio paraguayo para conocerlos o de la propia banda Metallica que los invitó a actuar de teloneros durante su gira latinoamericana, agrega El País de Madrid.
Justamente, una de las integrantes de la banda, Ada Maribel Ríos Bogado, nunca imaginó el alcance de lo que estaba haciendo junto a su orquesta y que conocería otros países del mundo y a músicos que solo podría ver por la televisión.
“Pienso que estoy en un sueño y que en algún momento voy a despertar”, expresó en el documental luego de abrazar a Elles.
Pero más allá de la fama, lo curioso de los instrumentos, la conmoción que generan a nivel mundial y en artistas de renombre internacional, lo más importante es el fin con el que se empezó a transformar la basura en música.
Justamente, a través de la misma se pretendió formar a niños y jóvenes que vivían en condiciones de vulnerabilidad y de exclusión social en una zona de Asunción del Paraguay. Gracias a esta iniciativa la vida de estos menores empezó a cambiar, se dieron cuenta que podían proyectar su vida y que sus sueños ya no quedarían enterrados en un tacho de residuos. Y mientras el mundo aplaude la música y el ingenio, estos jóvenes, sus verdaderos protagonistas, celebran la vida.