Finalmente, el crimen cometido la noche del 10 de octubre de 2012, por el agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (“la migra”, en el lenguaje popular del Norte de México) Lonnie Swartz, en contra del niño mexicano José Antonio Elena Rodríguez, será tomado por el gobierno mexicano, para exigir al estadounidense una indemnización para su madre, Araceli Rodríguez.
Para lograr este cometido –y reparar si no la vida del menor, sí una injusticia en contra de su familia—la Secretaría de Relaciones Exteriores de México introdujo un documento bajo el nombre Amigo de la Corte ante la Corte Federal de Apelaciones del Noveno Distrito de San Francisco, California, en el que apoya el derecho de la madre a demandar una indemnización por la muerte de su hijo.
Balas transfronterizas
El 10 de octubre de 2012, el agente Swartz junto con otros agentes del lado estadounidense, disparó en 16 ocasiones contra el menor que se encontraba del lado mexicano.
Al menos 9 impactos de bala en cabeza y espalda lo abatieron. El argumento que alegaron es que “estaba tirando piedras” hacia el lado americano.
“No se vale que Estados Unidos meta la mano a México, mate a niños mexicanos y no se haga justicia. Siento que si yo perdiera el caso sería una burla para nuestro país”, ha dicho la madre de José Antonio.
Su lucha en busca de justicia no ha cesado desde que se enteró, la mañana del 11 de octubre de 2012 por las fotos que circularon en la prensa local, de que su hijo José Antonio había muerto a escasos metros del muro que divide a las ciudades de Nogales, la de Sonora y la de Arizona.
Como en el salvaje Oeste
El agente Swartz, descargó en dos ocasiones su arma esa noche, con absoluta impunidad, hacia el lado mexicano. Un total de 16 tiros suyos cruzaron la frontera y cayeron sobre la avenida Internacional de Nogales, Sonora, muy cerca de La Capilla, el barrio en que creció y jugó desde niño José Antonio.
Este menor era la sexta víctima que caía muerta en México por el disparo de un agente de la Patrulla Fronteriza y la sexta ocasión, también, en la que un mexicano moría a manos de un oficial estadounidense sin que se castigara o se persiguiera al homicida.
“Tenemos un ambiente del Viejo Oeste aquí en la frontera”, señaló en varias ocasiones Richard Boren, fundador de la Red de Víctimas de la Patrulla Fronteriza, una ONG de Arizona que lucha contra el uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de la migra.
“Cualquier persona aquí en la frontera puede ser baleada y asesinada por la Patrulla Fronteriza y no podemos esperar ninguna justicia”, sentenció.
Guerra entre vecinos
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 a la fecha se duplicó el número de agentes adscritos a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. De 9.800 agentes en el año 2000 pasaron a 20.183 al cierre de 2015.
El crecimiento de contrataciones en “la migra” se ha acompañado de un aumento en los incidentes de uso de la fuerza (5.131 episodios de uso de fuerza entre 2011 y 2015).
“Los criterios que antes se usaban para contratar personal se relajaron”, refiere Luis Fernando Parra, el abogado encargado de buscar justicia en el caso de José Antonio Elena en Estados Unidos.
Los elementos de la Patrulla Fronteriza “sólo requieren de 54 días de entrenamiento y les dan un arma”.
El agente Swartz ha sido detenido y en este momento se encuentra siendo procesado bajo cargos de homicidio en segundo grado.
Desde 2010, agentes de la Patrulla Fronteriza han matado a más de 40 personas. En más de la mitad de los casos los uniformados indicaron que se defendían de ataques con piedras.
Hoy celebramos a...