separateurCreated with Sketch.

El té de los jesuitas, la infusión del  amor

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Raquel Avendaño - publicado el 16/12/15
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Desde su descubrimiento, beber mate es un rito irrenunciable en algunos países sudamericanos y orientalesLos indios guaraníes de América del Sur jamás hubieran imaginado que el mate, la hierba  legendaria que consumían antes de la llegada de los españoles, se convertiría en la  identidad de varios pueblos y cruzaría las fronteras hasta llegar al Oriente Medio.

La palabra mate o “mati” significa “calabaza” en el idioma quechua y era un recipiente que los  aborígenes usaban para tomar  la infusión más bebida actualmente en Uruguay y Argentina. Y en  menor escala, en Paraguay, Chile, Brasil (sur), Bolivia (este), Líbano y Siria.

Antes de la colonia, los guaraníes la consideraban una hierba mágica, la masticaban o  bebían con una caña luego de haberla puesto en infusión en un recipiente de calabaza.

Descubierta a mediados del año 1500, la yerba fue domesticada por los jesuitas en el siglo  XVII. Si bien al comienzo, los sacerdotes rechazaron la costumbre de los indígenas de tomar  mate todo el tiempo, después, terminaron por aceptarla y se convirtieron en los más grandes difusores  de la planta guaraní.

La compañía de Jesús intensificó su plantación mediante técnicas de cultivo, irrigación y  trabajo organizado de los aborígenes en las reducciones indígenas o misiones jesuíticas.  En esta época, la explotación y exportación de la hierba tuvo su más grande apogeo y fue conocida también como el “oro verde”.

Tras la expulsión de los sacerdotes jesuitas de las colonias españolas, en 1767, la  producción en los yerbales decayó. Sin embargo, esto no disminuyó la pasión por el mate que  ya se había vuelto popular. Con el fin de cubrir la demanda en su país,  Argentina logró a inicios del siglo XX domesticar de nuevo el “té de los jesuitas” y comenzó su explotación  industrial.

Actualmente, el país gaucho es el el principal productor de mate en el mundo, seguido por  Brasil y Paraguay. Mientras Uruguay y Chiles son los principales consumidores del mate en  Sudamérica, seguidos por Siria y Líbano. En los dos países del Oriente Medio, fueron sus mismos ciudadanos los que  introdujeron la costumbre del mate tras ser inmigrantes en Sudamérica.

Beber la infusión guaraní, conocida como yer­bahmah­tay en Líbano, tereré en Paraguay y chimarrão en  Brasil, es un placer cotidiano que se puede tomar frío o caliente. Según la tradición, el modo cómo va servido el mate tiene distintos significados: si se sirve muy caliente (arder de amor), hirviendo (odio), frío (desprecio), dulce (amistad).  Llamada originalmente “Caá­Mate” (Yerba­Mate) por los guaraníes, la bebida parece ser algo más que una infusión, y por el entusiasmo de sus bebedores, nos preguntamos si  es cierto lo que decían los indígenas: que es una planta mágica.

 


¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Tags:
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.