Uno de cada tres muertos en el Mediterráneo son niñosLa infancia debería ser universal. Los niños no deberían tener un pasaporte y de tenerlo en él debería poner: Ciudadano del mundo. Duele ver la existencia de refugiados, de personas que se juegan su vida porque no tienen más remedio que salir de su hogar, pero duele mucho más cuando ves que entre esos refugiados hay niños.
174.000 niños se han jugado la vida en el Mediterráneo para llegar a Europa, de ellos el 5% tienen menos de dos años. Uno de cada tres refugiados e inmigrante muertos son niños. Los datos que ofrece la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y Unicef son más que alarmantes.
90 niños murieron en octubre cruzando el mar en su intento de llegar a Europa. Niños que proceden de la guerra: de Siria, de Afganistán e Irak. El 20% de los que se han jugado la vida en el Mediterráneo son niños; el 26% de los que han llegado a las costas griegas son menores de edad.
Son muchos, muchísimos los menores no acompañados y esto debería preocuparnos y mucho. En Suecia, 23.000 menores no acompañados solicitaron asilo. ¿Quién cuida de estos menores? ¿Quién les ayuda y acoge? ¿Quién les libra de las mafias, de los maltratos, de la explotación y de los mercaderes de personas que acechan a los más desfavorecidos?
La situación de los niños en Siria, en Afganistán, en Libia, en Irak y en otros muchos países es dramática. Huyen porque no tienen vida. Algunos incluso han perdido a sus familias en bombardeos o tras los ataques de DAESH. Otros buscan un futuro, dejan a sus familias e intentan buscar alguna esperanza. Son muy vulnerables a la trata, a la explotación sexual o infantil.
¿Qué se puede hacer ante esto? No es posible abrir las fronteras para todo el mundo, pero…¿no se podría abrir las fronteras para los más jóvenes? ¿No se podría permitir la entrada de los menores de edad? ¿No se podría ofrecer de alguna manera un asilo, un mecanismo que los custodiara desde el lugar del origen?