Francisco recibe al equipo “Los Espartanos”
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Esperaban el ómnibus cerca del mediodía. El torneo de rugby sería en Mar del Plata, lo que implica movilizar a los presos más de 4 horas. Lo que nadie esperaba era una demora de más de tres horas en el trayecto. La preocupación aumentaba en los organizadores. ¿Cómo un ómnibus lleno de reclusos encadenados iba a perderse en el medio de la ruta? Pero el ómnibus del penal de San Martín llegó.
Había tenido un desperfecto técnico que lo mantuvo a la vera del camino por horas. Lejos de desesperarse, los presos que disputarían en la ciudad balnearia la jornada deportiva, calmaron la espera rezando el rosario.
Ese equipo, denominado Los Espartanos, visitó esta semana al Papa Francisco. Es uno de los cerca de 20 equipos de rugby conformado por presos en Buenos Aires. Robo, toma de rehenes… Pagan deudas adentro, pero jugando al rugby, se sienten libres. Redescubren valores que creían perdidos para ellos, valores que viven en la cárcel y luego en la casa, cuando salen. Si el nivel de reincidencia entre los presos de Buenos Aires es del 65%, entre los que juegan al rugby es del 1%, cuenta Eduardo Oderigo, entrenador de Los Espartanos.
Les dijo recientemente el Papa Francisco en un video: “Lo que hacen ustedes en el rugby tiene un símbolo. Hay un canto que lo cantan los que sube las montañas. En el arte de ascender lo que importa no es no caer, sino no permanecer caído. En el rugby pasa eso, juegan y se caen, pero si se quedan en el suelo perdieron como en la guerra. Pero si se levantan enseguida siguen jugando y llegan a lograr un triunfo. (…) Los felicito, sigan adelante, sigan trabajando, que la vida es linda. La vida la construimos nosotros con nuestras manos, con nuestras decisiones. Un consejo: no se arruguen, vayan adelante.”
Un grupo de 30 Espartanos pudo visitar al Papa Francisco esta semana, y compartir con él su testimonio de esperanza. Varios de ellos ya están en libertad, pero siguen siendo parte del equipo y de las actividades que van mucho más allá de los entrenamientos, e incluyen charlas motivacionales y de espiritualidad.
En los ratos de oración de los viernes comparten sus necesidades y las ponen en las manos de la Virgen. Al principio en este momento eran apenas un puñado. Pero cuando los demás fueron viendo como la Virgen María estaba atenta a los pedidos concretos y reales de los compañeros que rezaban el rosario, se fueron sumando más.
En este espacio de oración se unen presos y abogados y fiscales, algunos que en los tribunales pueden estar en veredas enfrentadas, pero que en los Espartanos caminan juntos. Algunas de las historias que cuentan son milagrosas, pero baste con decir que hay corazones que se transforman con la oración y el deporte.