El gran pontífice polaco al que algunos llaman “Magno”
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Karol Józef Wojtyła, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kilómetros de Cracovia, el 18 de mayo de 1920.
Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska.
Karol aprendió desde niño a abrazar el dolor. Cuando tenía 9 años murió su madre al dar a luz a una niña que murió antes de nacer. Años más tarde fallecieron su hermano y su padre.
Descubrió en un primer momento su vocación como literato y dramaturgo, pero pronto entendió que Dios lo llamaba al sacerdocio.
Poco antes de decidir entrar en el seminario trabajó arduamente como obrero en una cantera.
Él mismo decía que esta experiencia le ayudó a conocer de cerca el cansancio físico, así como la sencillez, sensatez y fervor de los trabajadores.
Durante los años de guerra tuvo que vivir oculto, junto con otros seminaristas. Con 26 años fue ordenado sacerdote.
Se doctoró en Teología con una tesis sobre san Juan de la Cruz y en Filosofía con una tesis sobre la ética de los valores.
Con 38 años se convirtió en el obispo más joven de Polonia.
En el Concilio Vaticano II participó activamente en la elaboración de las constituciones sobre la Iglesia Lumen Gentium y Gaudium et Spes en las que dejó su huella inconfundible.
Promovió el apostolado juvenil, construyó templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, y se volcó en la promoción humana y religiosa de los obreros.
Al morir en 1978 Pablo VI, que lo había creado cardenal, fue elegido papa Albino Luciani con el nombre de Juan Pablo I.
Y al morir este a los 15 días, fue elegido el cardenal de Cracovia, rompiendo con la tradición de más de 400 años de elegir Papas de origen italiano.
En su primera audiencia el Papa Wojtyla reconoció que no le preocupaba ni la prensa, ni los idiomas, ni los grandes problemas internacionales:
“He visto que un Papa no es bastante para abrazar a cada uno. Sin embargo, no puede haber más que un Papa y no sé como multiplicarlo”.
Ese fue su “único problema” durante veintisiete años de pontificado, aunque cambió la historia del mundo al propiciar la caída del muro de Berlín que dividía el mundo en tres, y aunque le intentaron matar varias veces por ello.
Podría aparecer en el Guinness: casi un centenar de viajes fuera de Italia, muchos de ellos a más de cinco países a la vez, con un recorrido equivalente a treinta veces la vuelta a la tierra. Nadie como él ha realizado en la historia de la Iglesia tantas canonizaciones.
Y su magisterio también marca récords: trece encíclicas; más de ochenta exhortaciones y cartas apostólicas, miles de mensajes.
Un magisterio con cuatro grandes pilares: sus conceptos de dignidad humana, verdad, solidaridad, y nueva evangelización, que podemos vincular a cuatro grandes encíclicas: Redemtor hominis, Veritatis splendor, Centesimus annus, y Redemtoris missio.
Siguió muy personalmente a los nuevos movimientos y comunidades eclesiales, y se convirtió en el hombre que más personas ha congregado de la historia con sus jornadas mundiales de la juventud.
Decía Chiara Lubich que porque Juan Pablo II amaba, era libre:
“Libre de esquemas preestablecidos, libre de abrazar a todos los hombres, libre al mismo tiempo de dirigirse con firmeza a un solo joven, como a los grupos, o a los pueblos de cada raza, de cada religión, tanto a los pobres como a los ricos, para indicarles el camino evangélico que realiza en toda la humanidad la civilización del amor”.
Y decía el escritor chileno Joaquín Alliende que Juan Pablo II fue un hombre providencial y excepcional. Y es que “todos los papas son providenciales, pero no todos son tan excepcionales”.
Y tanto el sabio y humilde papa Benedicto, como Francisco, el papa de la “Iglesia en salida”, han bebido, como de Pablo VI, de un ángel llamado Angelo y un profeta llamado Karol, testigos antes que maestros.
Por Manuel Bru
Te puede interesar:
Dos caricias de Dios para el siglo XX
Patronazgo
San Juan Pablo II es patrono de las Jornadas Mundiales de la Juventud y de las familias
Lugares de culto
El 18 de mayo de 2011 el arzobispo metropolitano de L’Aquila (Italia), Giuseppe Molinari, erigió la iglesia de San Pietro della Ienca, elegida por el Papa Wojtyła como “lugar de contemplación de Dios en contacto con la naturaleza”. Este sería el primer santuario europeo dedicado a Juan Pablo II.
Un lugar visitado por millones de peregrinos desde el día de su muerte sin dudas es su tumba en el Vaticano, que también se puede visitar on line.
Te puede interesar:
¿Quieres ver la tumba de Juan Pablo II sin venir al Vaticano?
Curiosidades
Son muchísimas las curiosidades que como joven sacerdote, luego obispo y sobre todo en su pontificado podemos encontrar. Estas son algunas de ellas:
Te puede interesar:
La Papieska Kremowka el dulce preferido de san Juan Pablo II
Te puede interesar:
Cuando Juan Pablo II era héroe de un cómic de Marvel
Te puede interesar:
¿Conoces la historia del papa Juan Pablo II y el misterioso sin techo?
Te puede interesar:
Padre Pío y Juan Pablo II, cuando dos santos se encuentran
Te puede interesar:
Juan Pablo II hace enfurecer el diablo
Te puede interesar:
¿Cuál es el Vaticano III? Tiene que ver con Juan Pablo II…
Reza con Juan Pablo II:
Te puede interesar:
La bonita oración que san Juan Pablo II dejó a las familias