Mayo es el mes de María. ¿Cuáles son las principales devociones que existen en un país tan significativamente mariano como México?
Desde luego, la principal advocación –quizá la más popular del continente americano—es Guadalupe. A ella le siguen la Virgen de San Juan de los Lagos, la de Zapopan y Nuestra Señora de Juquila.
Guadalupe, estrella de la nueva evangelización
Las apariciones de la Virgen de Guadalupe a san Juan Diego ocurrieron en los últimos meses de 1531, apenas diez años más tarde de la finalización de la conquista de México, la caída de la gran Tenochtitlán, a manos del ejército de Hernán Cortés. Hay quien apunta que su origen etimológico es náhuatl y que significa “la que aplasta la cabeza de la serpiente”, lo cual no ha convencido a todos los estudiosos del acontecimiento guadalupano.
Como en ningún otro acontecimiento de este tipo, la Virgen se quedó plasmada en la manta o tilma que usaba san Juan Diego, como cualquiera de los indígenas de entonces.
Esta manta, que se venera en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, es el centro de la fe popular de los mexicanos y de miles de personas en América y, aún, en el resto del mundo: se calcula en 25 millones el número de visitantes que cada año llegan hasta sus pies para entregarle su amor, sus penas, sus alegrías y, también, para cumplirle “mandas” o “juras”, promesas que, casi siempre, son quitarse del alcohol, de las drogas, de la infidelidad, etcétera.
La venerada imagen sufrió un atentado con bomba del que salió ilesa en 1921. El papa Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas” y el papa san Juan Pablo II la llamó “Patrona de las Américas”. Su fiesta se celebra el 12 de diciembre.
Se dice que las 46 estrellas de su manto son las constelaciones de la fecha en que se le apareció a san Juan Diego. Entre otras particularidades, en sus ojos se han podido distinguir hasta 13 personas, entre ellas el primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga.
Las otras tres advocaciones
A la Virgen de Guadalupe, le sigue en popularidad la Virgen de San Juan de los Lagos, que se encuentra en ese poblado del Estado de Jalisco. En 1990, san Juan Pablo II oró ante ella, y cada año la visitan 8 millones de peregrinos. Es una imagen hecha de pasta de caña de maíz de 33.5 centímetros de altura, un peso de 321 gramos y su rostro está hecho de marfil.
El primer milagro de la Virgen de San Juan de los Lagos está fechado en 1623, cuando una niña fue revivida por su intercesión. Celebra fiestas el 8 de diciembre, el 2 de febrero y el 15 de agosto. Este último día es el de la fiesta mayor pues coincide con su coronación, que sucedió el 15 de agosto de 1904.
Después está la Virgen de Zapopan, mejor conocida como “La Generala”, que tiene su basílica en esta ciudad, municipio contiguo al de Guadalajara, en el Estado de Jalisco. Tiene una altura de 35 centímetros y fue elaborada en lo que ahora es Michoacán en 1531. Sus fiestas son el 18 de diciembre y el 12 de octubre. La visitan dos millones de peregrinos cada año.
Finalmente, Nuestra Señor de Juquila se ubica en el poblado de Santa Catarina Juquila, en el Estado de Oaxaca. Las fiestas de esta advocación mariana se celebran del 28 de noviembre al 28 de diciembre de cada año. La imagen es de origen español, mide 30 centímetros, está hecha de madera; fue un regalo del fraile dominico fray Jordán de Santa Catalina y será coronada regiamente el próximo mes de octubre de 2014. La visitan, anualmente, dos millones de peregrinos, muchos de ellos desde Los Ángeles, California.
Hoy celebramos a...