Secuestros, desapariciones, golpizas: el precio de ser sacerdote en Tamaulipas

Tamaulipas, un Estado mexicano fronterizo con Texas, en Estados Unidos, ha sido uno de los estados más golpeados por la lucha de los cárteles del narcotráfico.  Concretamente el cártel del Golfo y el cártel de los “zetas”, quienes se disputan de forma sangrienta las plazas y el trasiego de droga.

Con la llegada de las fuerzas federales y los militares hace casi cuatro años, los cárteles han visto diezmada su potencia en el tema de la droga, pero se han cobrado sus ingresos mediante el secuestro, la extorsión y el tráfico de seres humanos.  Más aún, el tráfico y el “uso” de migrantes centroamericanos, de camino a Estados Unidos.

En este Estado se han descubierto fosas clandestinas conteniendo varias decenas de cadáveres de centroamericanos, al tiempo que en ciudades como Reynosa y Matamoros son constantes los descubrimientos de casas de seguridad en donde las bandas de maleantes secuestran a los indocumentados centroamericanos y luego los obligan a “trabajar” para ellos como carne de cañón en la venta al menudeo de droga.

La Iglesia entre el fuego cruzado

En medio de todo ello, la Iglesia católica se ha visto asediada por las bandas de narcotraficantes, algunos sacerdotes extorsionados y otros secuestrados o se encuentran en la actualidad en calidad de desaparecidos. Tal es el caso del párroco del poblado de Jiménez, Carlos Ornelas Puga, secuestrado el 3 de noviembre pasado y de quien hasta ahora se desconoce su paradero. Fue plagiado en su parroquia, perteneciente a la diócesis de Ciudad  Victoria.

El obispo de la diócesis de Ciudad Victoria, capital del Estado de Tamaulipas, monseñor Antonio González Sánchez, reconoció ante los medios de comunicación que el Padre Ornelas Puga se encuentra en calidad de desaparecido desde hace dos meses, mientras que otros dos han sufrido lesiones a manos de la delincuencia organizada.“Lo preciso, porque por ahí han dado unos datos no muy claros, pero sí existe (el problema), tenemos un sacerdote desaparecido desde el día 3 de noviembre, el párroco de Jiménez”, dijo monseñor González Sánchez.

Tras la presencia del ejército en el la diócesis de Victoria, la violencia ha ido en descenso, según los informes oficiales “Aparentemente ha bajado la inseguridad, pero es eso aparentemente; por desgracia sigue habiendo desapariciones, sigue habiendo homicidios, sigue habiendo muchas cosas, yo me atrevo a decir por lo que leo en la prensa, que la inseguridad en el Estado, ahí está, no sé si más o menos, pero de que existe la inseguridad, triste y dolorosamente, ahí continua”, dijo monseñor González Sánchez.

Entre narcos y adoradores de la Santa Muerte

Según ha informado la agencia de la revista Proceso, son tres los sacerdotes de la Iglesia católica de Tamaulipas que se encuentran desparecidos; otro murió a causa de una golpiza que le propinaron presuntos miembros del crimen organizado y uno más continúa delicado tras ser atacado con un palo de beisbol.

“Además de los desaparecidos, otro sacerdote de la Iglesia, identificado como Guillermo Amaro César, murió a causa de los golpes que le propinaron presuntos miembros del crimen organizado. Sin embargo, las autoridades estatales manejaron la versión de que fue víctima de un asalto”, agrega el reporte de la agencia de la revista Proceso.

También se reportó el caso de otro sacerdote que fue golpeado recientemente, quien pertenece a la parroquia del Buen Pastor. Se presume que se negó a oficiar una Misa que se celebraría en una capilla dedicada a la Santa Muerte, una forma de culto ligada al narcotráfico y que se ha popularizado de manera impresionante en México, con más de un millón y medio de adoradores de la muerte.