separateurCreated with Sketch.

¿Es correcto que haya niñas monaguillas?

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Julio de la Vega-Hazas - publicado el 03/06/13
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Lo que hay que valorar es que lo haga bien y dignamente, sin que tenga una particular relevancia el hecho de ser mujer

Podría darse una respuesta tan breve como una palabra: sí; y zanjar así la cuestión. Pero añadiremos un poco de historia.

Cuando la legislación canónica –en particular, el nuevo Código de 1983- amplió las funciones que pueden desempeñar los laicos en las ceremonias litúrgicas, se entendió que, siguiendo lo que había sido tradicional al respecto, las mujeres podían realizarlas todas… menos el llamado “servicio del altar”.

Ese ministerio viene a coincidir con lo que vulgarmente se llama ayudante o monaguillo.

Las mujeres pueden servir en el altar

En términos más jurídicos, se entendió que, a pesar de ser más reciente la norma del Código, que era genérica, seguían en vigor normas más específicas que limitaban el servicio del altar a los varones, tales como la Ordenación General del Misal Romano (instrucciones sobre la celebración de la Misa) y algunas instrucciones, la última de ellas de fecha tan reciente como 1980.

A comienzos de los años 90 varios obispos elevaron a la Santa Sede una consulta sobre este particular.

La respuesta, del Consejo Pontificio para la Interpretación de los Textos Legislativos y confirmada por Juan Pablo II, es que también se puede incluir a las mujeres en el servicio del altar.

De todas, formas, añade algunas precisiones que conviene tener en cuenta.

Indicaciones prácticas

La primera de ellas es que el obispo diocesano puede disponer otra cosa. La norma permite, no ordena, y la normativa deja al prudente criterio del obispo, en su  diócesis, tanto éste como otros muchos aspectos litúrgicos.

La segunda precisión es que se exhorta a no abandonar la existencia de monaguillos varones en las parroquias, porque siempre ha constituido una inestimable fuente de vocaciones sacerdotales.

De hecho, ambos aspectos pueden coincidir, y ya ha habido algún obispo que ha reservado el ayudar a Misa a los chicos precisamente para no perder lo que constituye su principal “cantera” para el seminario.

Hay alguna precisión más, con menos relevancia práctica, que podríamos resumir en lo siguiente: se trata de un servicio temporal, no por tanto de una condición permanente. Y lo mismo para la mujer como para el varón.

Se trata de un servicio que se solicita, nunca de un derecho que se pueda esgrimir como tal.

En resumidas cuentas, si se ve a una mujer ejerciendo de monaguilla, lo que hay que valorar es que lo haga bien y dignamente, sin que tenga una particular relevancia el hecho de ser mujer.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.