La Misa comenzó a las 19:00 horas en ausencia del Papa Francisco, quien preparó la homilía e hizo una breve aparición para rezar en la basílica por la tardeCampaña de Cuaresma 2025
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"No podemos celebrar la Pascua sin seguir confrontando las noches que llevamos en el corazón, ni las sombras de muerte que a menudo se ciernen sobre el mundo", dijo el Papa Francisco en la homilía de la Misa de la Vigilia Pascual, leída por su delegado en la Basílica de San Pedro la tarde del 19 de abril de 2025. El pontífice de 88 años, aún convaleciente, no participó en la ceremonia, pero hizo una breve aparición para rezar en la basílica por la tarde.
Poco más de una hora antes del inicio de la Misa, el Papa apareció improvisadamente , en silla de ruedas –y sin respiradores– en el interior de San Pedro, donde saludó brevemente a los peregrinos. La oficina de prensa de la Santa Sede explicó que Francisco había venido para rezar y mostrar su cercanía a los fieles presentes. En las últimas semanas había visitado varias veces la Basílica Vaticana para rezar ante la tumba de sus predecesores.
Como ocurre en todas las celebraciones de esta Semana Santa –con excepción de una breve aparición al final del Domingo de Ramos–, el Papa Francisco, todavía convaleciente, no pudo participar en la Vigilia Pascual celebrada en la Basílica de San Pedro este Sábado Santo. Había anticipado su ausencia confiando la presidencia de la Misa al cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
“Brotes de luz”
La Misa comenzó a las 19:00 horas, sumiendo en una relativa oscuridad a los miles de peregrinos presentes en la nave de la basílica. Después de los rituales de bendición del fuego y preparación del cirio pascual, la basílica se iluminó progresivamente al son de la antífona Lumen Christi , que recuerda, según la tradición católica, que Cristo, victorioso sobre la muerte, es la luz que salva a la humanidad.
Inspirado por la luz de las pequeñas velas, que se difundía gradualmente en toda la asamblea, el Papa Francisco subrayó en su homilía – leída por el cardenal Re – cómo la luz de la Resurrección era signo de una esperanza que “no se apaga” en un mundo a menudo cubierto por la oscuridad. "La Pascua del Señor no es un acontecimiento espectacular con el que Dios se impone y nos obliga a creer en él", insistió, advirtiendo contra una forma de "triunfalismo" propio de una "religión abstracta", que consideraría que la Resurrección "lo resuelve todo por arte de magia".
En un texto de tono poético, el jefe de la Iglesia católica comparó la luz pascual con “semillas de luz que se abren camino poco a poco, sin hacer ruido, a veces todavía amenazadas por la noche y la incredulidad”. Dirigiéndose a todos los cristianos, instó: "No podemos celebrar la Pascua sin seguir afrontando las noches que llevamos en el corazón y las sombras de muerte que a menudo se ciernen sobre el mundo".
Un “nuevo comienzo”
"La fuerza de la Resurrección se está realizando", afirmó el Papa, invitando a todos a "sembrar la esperanza de la Pascua" con humildad y "sin hacer ruido". Subrayó que esta misión no puede llevarse a cabo "sin vacilaciones internas", pero no tolera "la casualidad".
"La luz brilla lentamente, aunque estemos en la oscuridad", prosiguió el Papa Francisco, invitando a todos a volver siempre al anuncio de la noche de Pascua, a este "nuevo comienzo". Animó a todos a convertirse en una presencia de esperanza para los pobres y los "oprimidos de la tierra", las "mujeres humilladas y asesinadas", los "niños no nacidos y maltratados" y las víctimas de la guerra. El pontífice citó también a quienes "carecen de la fe en el Señor", se pierden, se abandonan, sufren "los pesos de la vida" o viven "encerrados en su sufrimiento".
Citando a la mística flamenca del siglo XIII, san Hadewijch de Amberes, recordó cómo la Resurrección de Cristo fue un "punto de inflexión" para quienes vivían en la oscuridad. Cristo resucitado marca el punto de inflexión definitivo en la historia de la humanidad. "Él es la esperanza que nunca se desvanece", concluyó, instando a todos los cristianos a ir a anunciarlo al mundo entero.
Tres nuevos bautizados
Después de la homilía leída por el cardenal Re, la asamblea entonó las letanías de los santos, antes de que el delegado del Papa Francisco procediera al bautismo y confirmación de tres adultos, según la tradición de la Vigilia Pascual. Son una mujer albanesa y dos hombres italianos.