Campaña de Cuaresma 2025
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La región de San Martin es el único lugar de la Tierra donde la Santísima Virgen construye un Hogar de Nazaret. El ex Capellán militar, el Padre Ignacio María Doñoro de los Ríos, conocido mundialmente por su ardiente valentía ante los criminales de tráfico de órganos y trata de personas rescatando niños en El Salvador, comparte para Aleteia cómo el cobijo de la Santísima Virgen acoge, sana e impulsa a los pequeños que han sido rescatados en su misión actual en Perú.
Hogar Nazaret es una obra de Dios (como lo señala el Padre Doroño) que ha rescatado desde hace 14 años niñas, niños y adolescentes que viven en la más extrema pobreza moral, emocional y material ubicada en el Perú, en una de las regiones de más difícil acceso de la selva del Amazonas.
Cuenta con dos casas hogar: una para niñas y jovencitas, y otra para niños y jóvenes. También tienen dos colegios y un centro tecnológico agropecuario, vinculado a la finca agraria y ganadera autosostenible de más de 70 hectáreas que, además de consolidar la nutrición de los niños del hogar diariamente, asegura su vida laboral al terminar el bachillerato.
"Es María la que, en medio de las dificultades y obstáculos, lleva a los niños en sus brazos y se los presenta a Jesús, enseñándoles que en Él se halla la verdadera alegría y la fortaleza. La Virgen les consuela, les enjuga las lágrimas y es su fuerza en la debilidad", comparte el ex Capellan.
Hogar Nazaret cuenta con diferentes proyectos con los cuales ayuda a cientos de pequeños e impacta a otros miles. Desde la atención médica para los niños que llegan en situaciones precarias, hasta proveerles de una adecuada nutrición y educación.

Pero también se preocupan por salvaguardar el bienestar de los más vulnerables. A pesar de las grandes carencias que enfrenta la región, donde ni siquiera se cuenta con carreteras para transitar, el Padre Ignacio se ha esforzado en que los niños se encuentren con la belleza de Dios a través de la Virgen y dignificando la casa y todos los espacios en que habitan.
"A través de la belleza, Dios les dice a estos pequeños que son únicos, irrepetibles y necesarios y que esto es lo que su Madre ha soñado para ellos. Jesús dijo: 'Te doy gracias, Padre, porque has revelado estas cosas a los sencillos, a los humildes, y se los has escondido a los grandes'. En lo pequeño está el Señor, que deja su huella de eternidad infinita. Es como si les tomara de la mano y les dijera: 'Mira, todo esto es para ti. Ahora empieza una nueva historia. Ahora empieza mi promesa de amor eterno para ti'", comparte.
El padre tiene clara una cosa: "Todo es poco para ellos, que son los que más han sufrido". Por ello, todo lo que hace y construye se hace bajo el propósito de que sea como un puente que los lleve a Dios, que les dice "No tengas miedo, estoy contigo. Yo te amo, y te amo de una manera eterna".
"Lo que he querido mostrar con todo esto es que hay una historia de amor entre Dios y cada uno de los niños del Hogar Nazaret", explica el Padre Ignacio.

La Virgen del Rocío
Lo primero que uno encuentra en el Hogar Nazaret en medio del Amazonas es una réplica exacta de El Rocío en Andalucía, España.

En la selva del Amazonas, la Virgen del Rocío es acogida de una manera especial porque, a pesar de sus circunstancias o costumbres, y a pesar de tanto dolor, en una tierra donde nunca ha brotado nada, "ese rocío que cae —que también son las lágrimas de Dios, porque la pasión de Cristo continúa en los crucificados de la tierra—, produce frutos de flores de amor preciosos, que sanan, perdonan y liberan".
"Cuando me preguntan por qué la Virgen del Rocío, cuando hay tantas advocaciones, respondo que yo siempre he visto en Ella el consuelo de los afligidos. La Virgen del Rocío es la Madre de los humildes, tiene una característica esencial: es la luz que ilumina los caminos, especialmente los más oscuros. Por eso, en este lugar aislado, donde quizás las dificultades son mayores, ella es la estrella que guía a los niños más pobres hacia la esperanza. La Virgen del Rocío es susurro de amor, es mirada de Madre".
Y recuerda contundentemente: "María no es solamente la Madre de un pueblo o de una nación, sino Madre de toda la humanidad". Por ello, y tomando en cuenta su labor maternal, María "no discrimina".
"Acoge a cada uno de sus hijos con una ternura y dedicación únicas. Cada hijo es especial, independientemente de su origen, de su lengua, de su cultura. Es una Madre que sale al encuentro de todos, buscando a aquellos que más necesitan consuelo y protección".
Todos podemos ser los brazos extendidos de la Virgen en Hogar Nazaret!
Para el padre Doñoro, lo más hermoso de esta misión es que el Señor, desde un principio, ha querido que esta obra viva de la absoluta Providencia. "No tenemos ninguna diócesis, orden religiosa o fundación. Vivimos de la caridad". Por ello, invita a ser parte visitando el siguiente enlace.

