Jesuitas , franciscanos , dominicos , misioneras de la caridad ... Y ahora las clarisas. Una treintena de monjas de clausura, pertenecientes a la Orden de Santa Clara, debieron abandonar sus monasterios en Managua y Chinandega (Nicaragua) la noche del 28 de enero, por orden del gobierno de Ortega. Esta nueva expulsión, que sorprende por su brutalidad y rapidez, se produce en un contexto de intensificación de la persecución del régimen nicaragüense contra los cristianos.
Las monjas pudieron llevarse algunas cosas. La abogada y defensora de derechos humanos Patricia Molina denunció esta situación en redes sociales, calificándola de una verdadera “Noche de Terror” para las monjas.
“La mayoría de las monjas son nicaragüenses, no sabemos dónde están”, advirtió. La personalidad jurídica de esta congregación fue cancelada arbitrariamente en mayo de 2023, al igual que muchas otras comunidades religiosas, asociaciones o universidades cristianas. Entre los motivos que habitualmente esgrime la dictadura para justificar la supresión de estas organizaciones, se encuentra la llamada falta de publicación de sus estados financieros o de sus consejos de administración. En el caso de las Clarisas, el régimen de Ortega afirmó que se trataba de una “disolución voluntaria”.
Expulsiones, arrestos y detenciones arbitrarias
En el poder desde 2007, Daniel Ortega fue reelegido en 2021 tras unas elecciones extremadamente controvertidas. El gobierno considera que la Iglesia católica es un importante apoyo de la oposición después de pedir el fin de la violencia y albergar a los manifestantes en iglesias. Desde entonces, los católicos han sido blanco de actos de intimidación cada vez mayores. Entre ellos, las detenciones arbitrarias, la prohibición de la difusión de medios de comunicación católicos, la vigilancia de los sacerdotes, las prohibiciones o restricciones de las manifestaciones de fe (procesiones), o incluso las expulsiones masivas de congregaciones religiosas, de sacerdotes o de obispos : los cristianos parecen cada vez más asfixiados por la creciente opresión que se ejerce en ellos. con total impunidad.