Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Durante estos días, y de cara a la temporada navideña, se han estrenado en Disney Plus dos películas navideñas que tienen estas fechas como telón de fondo y de acicate para las relaciones entre los personajes: la película Nutcrackers, título original de Cascanueces (así se conoce en Latinoamérica, mientras en España ha recibido el título de Una Navidad patas arriba); y el cortometraje El búho y la niña: casi una historia navideña.
“Cascanueces”: el sentimiento de pérdida en Navidad
Nutcrackers supone el retorno de Ben Stiller a la comedia pura tras un tiempo alejado del género por otros motivos profesionales, entre ellos su faceta de director de las series Fuga en Danemora y Severance, de la que pronto estrenará una segunda temporada.
No lo veíamos en una pantalla como protagonista desde 2017, tras sus intervenciones en las notables Qué fue de Brad y The Meyerowitz Stories. En este regreso lo dirige David Gordon Green, un cineasta con una carrera muy irregular, que tan pronto ofrece filmes serios y complejos del estilo de Joe y George Washington como reescrituras flojas, caso de su trilogía de Halloween, y comedias disparatadas en las que no siempre parece moverse con comodidad.
La historia de Nutcrackers nos presenta a Mike (Ben Stiller), un ejecutivo soltero y más bien solitario y con fama de no amar a nadie, que acude a resolver una papeleta en principio temporal: su hermana y su cuñado han muerto en un accidente y sus cuatro hijos, todos ellos menores, se han quedado huérfanos.
Viven en una casa junto a una granja y su tío, en principio, solo tiene que cuidarlos durante el fin de semana: hasta que les encuentren una familia de acogida. Las cosas no serán tan sencillas y Mike deberá quedarse más tiempo, pese a que no soporta las travesuras de los muchachos ni su vida carente de orden y reglas. La Navidad está a un paso y los chavales quieren representar una versión libre del Cascanueces de Tchaikovsky en el teatro. Mike empezará a cogerles cariño a pesar de las adversidades.
Cascanueces contiene lo mejor y lo peor del cine de David Gordon Green. Lo peor porque uno espera reírse mucho después de ver el tráiler y como comedia disparatada no funciona, salvo que las caídas y los golpes que sufre su personaje vayan dirigidos a la audiencia infantil. Lo mejor porque, aunque la película abunda en lugares comunes propios del género, acaba siendo una rareza que se ve con agrado y Ben Stiller está magnífico en la piel de su personaje.
En eso su director sí es eficaz porque, de alguna manera, le da un giro a cada género que toca, para bien y para mal. Pero también porque el espíritu navideño y familiar termina impregnando la historia: se trata de un grupo de niños que no tienen a nadie, que sufren por la pérdida conjunta de sus progenitores, y se ven solos y dolidos y su reacción es la de ejercer de gamberros, y aunque Mike es el típico gruñón que sólo quiere regresar a la ciudad, en seguida intuimos que se ablandará y los espectadores nos conmoveremos porque el sentimiento de pérdida se acentúa en esas fechas. ¿Puede que la intención de Green fuera únicamente hacer una “feel-good movie”? En ese sentido, lo logró.
“El búho y la niña: casi una historia navideña”: la búsqueda del hogar
David Lowery es otro cineasta que transita entre los géneros, a veces con resultados desiguales. Versado en las historias para todos los públicos (Peter y el dragón, El Caballero Verde, Peter Pan & Wendy y la serie Star Wars: Tripulación perdida), sus mejores películas se sitúan en ámbitos rurales e íntimos: Un lugar sin ley, A Ghost Story. Producido por Alfonso Cuarón, su nuevo cortometraje también se ha estrenado en Disney y supera con nota la prueba.
Son solo 20 minutos de stop-motion que captan por completo las sensaciones de Nochebuena. Un pequeño búho, Moon, se pierde del nido y acaba metido en Nueva York, entre tráfico, árboles navideños y gente de compras. Cuando se le rompe un ala encuentra a Luna, una niña con una pierna de madera, que también se ha extraviado en la ciudad, y comienzan una amistad brevísima en la que el pequeño animal aprenderá que la Navidad es un sentimiento de afecto.
El cuento es relatado por un vagabundo con guitarra (voz del actor John C. Reilly en el original), quien trata de explicarnos qué es un cuento de Navidad: "El espíritu navideño se contagia, y eso es todo lo que hace falta. Pero yo creo que hay algo más. Sabes cómo te sientes en esta época del año. Un poco feliz, un poco triste. Quizás ni puedas expresarlo en palabras".
En El búho y la niña, un personaje también dice: “El hogar es un buen lugar para estar en Navidad”. Otra de esas píldoras navideñas de la mano de Cuarón, que ya nos ofreciera los cortos Le pupille y The Shepherd en Disney, y que recomendamos aquí a principios de año.