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Un 5 de diciembre de 1791, Wolfgang Amadeus Mozart falleció en la ciudad de Viena. Sobre su muerte existen numerosas hipótesis sin que se logre definir con precisión cuáles han sido las causas.
Al estar viviendo el tiempo de Adviento, próximos a celebrar la fiesta del nacimiento de Nuestro Señor, Aleteia comparte algunas de sus obras que se vinculan, de una u otra manera, con este período tan especial del año.
1Estrellita dónde estás
Esta obra no es religiosa, sin embargo suena “navideña”. Se trata de sus “Doce variaciones sobre 'Ah vous dirai-je, Maman'” en do mayor, K. 265, compuestas para piano en 1781 (diez años antes de su muerte) en París.
Como indica el nombre, son variaciones que Mozart realizó sobre aquella canción que, aunque en su original trata una temática amorosa, luego fue utilizada como canción infantil ("Twinkle, Twinkle, little Star" en inglés, o bien, "Estrellita, ¿dónde estás?" en español).
La melodía original no es de Mozart, sino las variaciones que compartimos a continuación en versión de Alberto Lodoletti:
2El motete de un niño prodigio
Se sabe que Mozart fue un niño prodigio. Este es un motete para cuatro voces mixtas que compuso teniendo tan sólo nueve años de edad: “God is our refuge” (Dios es nuestro refugio) del Salmo 46. El título en inglés se debe a que la obra fue compuesta en Londres durante un viaje de la familia Mozart por Europa.
3Un motete para virtuosos
Durante su visita a Italia en 1773, Mozart compuso este conocido motete religioso que, según algunas fuentes, fue escrito para el castrato Venanzio Rauzzini; y según otras, para una de sus cantantes favoritas, que en ese entonces era muy joven.
Lo indudable es que se trata de una obra exigente para el o la cantante. Está dividida en tres partes (Allegro, Andante, Allegro) y su texto dice:
“Regocijaos, alegraos, ¡oh vosotras, almas felices! cantando dulces cantos. Respondiendo a vuestros cantos, los cielos se unirán a mí. El día amistoso brilla, ahora que las tormentas y las nubes han huido. Una inesperada tranquilidad ha sobrevenido para el justo. En todas partes reinaba la oscura noche, pero finalmente se alzan felices incluso los que tenían temores, regocijándose en la venturosa aurora y ofreciendo a manos llenas guirnaldas y lirios. Tú, pináculo de las vírgenes, danos la paz, mitiga la congoja que hace suspirar al corazón. Aleluya.”
Aquí la versión de estudio (1994) de la obra completa en la voz Cecilia Bartoli:
4Mozart y la encarnación del Verbo
De las composiciones dedicadas específicamente a la temática de la encarnación es especialmente célebre la segunda parte del Credo de la Gran Misa en Do menor K 427.
Se trata de una obra que quedó inconclusa, por ello no tiene el correspondiente Agnus Dei y, en lo referente al Credo, tan solo está compuesto hasta los versos “et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine et homo factus est”. Esta versión fue dirigida por Alondra de la Parra, directora de orquesta mexicana:
5Mozart y el verdadero cuerpo de Cristo
Para la festividad del Corpus Christi de 1791 Mozart compuso el motete “Ave Verum Corpus” K. 618 sobre el texto de un himno eucarístico atribuido al papa Inocencio VI. La obra fue escrita para coro mixto, cuerdas y órgano. No es una pieza de gran complejidad, sin embargo no puede discutirse su indudable belleza y su capacidad para conmover al corazón piadoso.
No es un himno navideño, pero en estos tiempos nos recuerda cómo el misterio de la encarnación está vinculado al de la pasión y resurrección; y ambos, al misterio eucarístico dentro del marco de la obra redentora de Cristo.
Esta hermosa versión, bajo la batuta de Leonard Bernstein, incluye subtítulos en español. Esto es, pues, lo que brotó de la pluma y del corazón de Mozart, apenas seis meses antes de su partida: