¿Quién encarna aún, en el Vaticano, la continuidad con Benedicto XVI?

El cardenal suizo, de 74 años, es actualmente el jefe de dicasterio que más tiempo lleva en el Vaticano, ya que asumió su cargo en julio de 2010 como prefecto del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

El antiguo obispo de Basilea era apreciado por el pontífice alemán por su experiencia en cuestiones ecuménicas, en particular en el delicado diálogo con el protestantismo. Bajo el pontificado de Francisco, el cardenal Koch acompañó y estructuró el acercamiento a las demás Iglesias cristianas, con numerosos documentos y viajes, marcando lazos más estrechos con el mundo ortodoxo y protestante.

En particular, fue una de las figuras clave en la visita del Papa a Suecia en 2016, con motivo del quinto centenario de la Reforma luterana, y por supuesto en su viaje de 2018 a Suiza, para visitar la sede del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra.

En diciembre de 2023, sin embargo, el cardenal suizo se distanció de la línea seguida por el actual pontificado al criticar abiertamente la publicación del documento Fiducia Supplicans, que abre la vía a la bendición de parejas del mismo sexo. Su preocupación por el impacto negativo de este texto en las relaciones ecuménicas se confirmó unas semanas más tarde, cuando la Iglesia copta decidió suspender su diálogo teológico con la Iglesia católica.

El cardenal Koch, que cumplirá 75 años el 15 de marzo, debería ser, no obstante, una de las figuras centrales del próximo Año Santo. La conmemoración del Concilio de Nicea podría dar lugar, la próxima primavera, a una visita del Papa a Turquía y a nuevos signos de acercamiento al mundo ortodoxo y al Patriarcado de Constantinopla.

El cardenal brasileño, de 77 años, que desde 2011 dirige el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, es una figura atípica por haber sido promovido por Benedicto XVI sin ser calificado de "raazzingeriano".

Miembro del Movimiento de los Focolares, apreciado por su amplitud de miras y su capacidad de escucha, el entonces arzobispo de Brasilia fue llamado al Vaticano en el contexto de una grave crisis entre Roma y la LCWR (Leadership Conference of Women Religious), la organización de monjas estadounidenses, sospechosa de excesos liberales y de no respetar la línea adoptada por el magisterio pontificio en cuestiones éticas.

Durante las reuniones previas al cónclave de 2013, se pronunció en contra de la línea dura promovida por la Congregación para la Doctrina de la Fe contra estas monjas y lamentó no haber participado en la reflexión. Participó así en la elección de una figura crítica con el funcionamiento de la Curia.

Aunque no formó parte del primer círculo de Francisco, el cardenal brasileño, que sobrevivió a un tiroteo que le dejó hasta hoy muchos fragmentos metálicos en el cuerpo, apoyó la línea reformista del primer Papa de América Latina. Superados ya los 75 años, el 24 de abril de 2022, podría jubilarse de forma inminente.

Nombrado por Benedicto XVI para dirigir la Oficina de Prensa de la Santa Sede en 2006, al tiempo que dirigía Radio Vaticano, el padre Federico Lombardi, que habla alemán, acompañó la mayor parte del pontificado de Benedicto XVI con una eficacia y humanidad apreciadas tanto por el pontífice alemán como por los periodistas.

Su serenidad y disponibilidad, sobre todo durante la delicada fase de transición de febrero-marzo de 2013 entre la renuncia del pontífice alemán y la elección de su sucesor argentino, le valieron el premio al mejor comunicador del año, concedido por la aseguradora alemana Allianz.

Paradójicamente, aunque proceden de la misma familia espiritual jesuita, el Papa Francisco se ha apoyado menos en el padre Lombardi. En 2016, en el contexto de la difícil reforma de los medios de comunicación del Vaticano, el padre Lombardi dimitió como director de Radio Vaticano y luego de la Oficina de Prensa. Sin embargo, ha seguido desempeñando importantes funciones.

En particular, el Papa Francisco le confió la delicada tarea de coordinar la cumbre de presidentes de conferencias episcopales sobre los abusos sexuales a menores, que se celebró en el Vaticano en 2019. También asegura una forma de continuidad entre los dos papas a través de la presidencia de la Fundación Ratzinger-Benedicto XVI, que ostenta desde hace ocho años.

Aunque tiene 82 años, el padre Lombardi conserva por el momento este cargo y sigue activo en otros asuntos, como las relaciones con China y el proceso de beatificación de Matteo Ricci.

El fotógrafo oficial del Papa Francisco asumió su cargo en 2007: trabajó por tanto con Benedicto XVI antes de acompañar al Papa Francisco en todas sus actividades desde su elección el 13 de marzo de 2013.

Más prudente y menos mediático que su predecesor, Arturo Mari -amenazado de excomunión por haber intentado entrar por la fuerza en el cónclave de 1958, antes de recibir el indulto del nuevo Papa Juan XXIII-, Francesco Sforza muestra una gran delicadeza en la forma de fotografiar al Papa, sabiendo permanecer en un segundo plano cuando el Pontífice da muestras de fatiga o sufrimiento físico, sobre todo cuando sube a su papamóvil o se pone los ornamentos litúrgicos.

Por ello, su lealtad y discreción son tan apreciadas por Francisco como lo fueron por Benedicto XVI.

El 31 de diciembre de 2023 fue uno de los pocos colaboradores del Papa actual que asistió, como simple fiel, a la Misa celebrada en la basílica de san Pedro en el primer aniversario de la muerte del pontífice alemán.