Ya está aquí. La Plaza de San Pedro bulle con la emoción de los preparativos navideños. Y con razón: el "Rey de los Bosques" llegó el jueves 21 de noviembre para iluminar la plaza más famosa de Roma, justo delante de la Basílica. Sin embargo, aún habrá que esperar un poco para ver el árbol del Vaticano engalanado con luces y adornos, que se van colocando poco a poco. El árbol se inaugurará, junto con el belén, el 7 de diciembre a las 18:30, hora local.
El árbol procede directamente del noreste de Italia, concretamente de Ledro, una localidad de 5 mil 300 habitantes, enclavada en las suntuosas montañas del Tirol, y mide 29 metros.
Se eligió por su forma estética, pero también por su dimensión ética, ya que procede de un bosque gestionado de acuerdo con una serie de requisitos medioambientales, sociales y económicos. Los activistas ecologistas habían protestado contra la tala de un árbol así en una petición. Sin embargo, según Vatican News, el abeto elegido forma parte de una de las parcelas que deben talarse para garantizar la correcta gestión del bosque.
Origen incierto
Pero, ¿de dónde viene esta tradición de decorar un árbol en vísperas de la Navidad? Aunque los paganos ya honraban este árbol antes del solsticio de invierno, es bastante difícil precisar cuándo entró el "árbol de Navidad" en las tradiciones cristianas.
¿Tiene su origen en san Columbano (540-615) o en san Bonifacio (675-754)? Se dice que el primero llevó a sus monjes a la cima de una montaña y les hizo colgar linternas de las ramas de un abeto; el segundo, decidido a convencer a los druidas germánicos herejes de que el roble no era un árbol sagrado, hizo talar uno, que se derrumbó llevándose todo a su paso… excepto un abeto.
El santo monje consideró este episodio como un milagro y, al predicar la Natividad, convirtió el abeto en el árbol del Niño Jesús. De hecho, los primeros testimonios escritos de la decoración de un árbol de Navidad se remontan a 1521, cuando la ciudad de Sélestat autorizó oficialmente la tala de árboles para Navidad, con el fin de colocar varios en las plazas públicas y decorarlos inmediatamente.
En el Vaticano, fue el Papa Juan Pablo II quien pidió que se instalara un árbol de Navidad en la plaza de San Pedro en 1982. Aunque conocía esta costumbre en su Polonia natal, el Papa expresó su deseo de verlo instalado en su ciudad vaticana. 40 años después, el árbol brilla cada año para deleite de los niños… Y también de los mayores.