La casa está vacía, los contenedores de ropa sucia están en marea baja y las grandes cantidades de comestibles se sustituyen por una pequeña cesta de la compra. "Tus hijos no son tus hijos; son hijas e hijos de la llamada de la vida a sí misma", dice el poeta Kahlil Gibran. Los niños no deben quedarse con su familia, sino ir y construir la suya propia.
"Dejarás a tu padre y a tu madre", anuncia el Génesis (Gen 19,5). Así, cuando conocen al hombre, a la mujer de su vida, los hijos no amplían la familia sino que la deshacen, puntada a puntada, según la imagen utilizada por Christiane Collange en su libro Nosotras Suegras. Esto no significa que ya no habrá familia, pero sí que cambiará de forma: los padres poco a poco abandonarán el corazón y dejarán paso a la nueva generación.
Cuando los hijos abandonan el nido
Cuando los hijos salen de casa, los padres encuentran libertad y permanecen disponibles para sus llamadas y sus posibles regresos los fines de semana, a veces con un regusto de frustración. Como testifica Brigitte:
"Nos organizamos para ver a los amigos y en el último momento nuestra hija se anuncia. ¡Cancelamos y, al final, para ella será muy fácil hacer una pequeña visita para ir después con sus "amigos"! Si tenemos tiempo para almorzar juntos, ¡nos consideramos afortunados!"
Que los hijos estén viviendo su vida es bastante gratificante y es una señal de que están avanzando. Pero después de unos 20 años de buen y leal servicio, ¡es hora de que los padres piensen un poco en sí mismos!
1(Re)piensa en ti mismo
Una casa más ordenada, en silencio, menos tareas domésticas... y tiempo para saborear. ¿Qué hacer con esta nueva disponibilidad?
Para Caroline, una joven abuela de 60 años, el deseo era claro: después de haber criado a cuatro hijos, ¡no se trataba de volver a llevar solo el sombrero de una súper abuela! Aquí es nombrada presidenta de la junta directiva de un centro social.
2Cuidando tu relación
En la agitada vida profesional y familiar, generalmente se da prioridad a quienes gritan más fuerte: ¡el trabajo y los niños! Por lo tanto, el par suele ser la última rueda del 5008, aunque debería ser el eje. Cuando los niños se van, a veces nos encontramos cara a cara, sintiendo que no tenemos nada más que decirnos que "¿Hablaste con los niños por teléfono hoy?"
Sí, ha pasado el tiempo, hemos engordado algunos kilos, hemos perdido algunos pelos (¡nos gustaría lo contrario!), pero este hombre o mujer que nos sedujo hace 20-30 años todavía tiene mil y una facetas que revelar, siempre y cuando logremos recrear un clima de benevolencia.
3Desarrollar amistades
Entre unos hijos menos presentes y un cónyuge imperfecto, el tercer camino hacia la felicidad relacional es el de la amistad. Encuentros recientes o amistades de largo tiempo son burbujas de champán en la vida cotidiana.
Pierre, después de una carrera exigente y de una vida dedicada a su familia, cada jueves pasa el tiempo con los amigos alrededor del futbolito. La amistad también se vive en las relaciones familiares, con la propia generación: hermanos, hermanas, primos... ¡Aún tenemos mucho que compartir!
Ser padres felices, que siguen divirtiéndose e interesándose por diferentes cosas, es también un regalo que hacer a los hijos: tanto para permitirles irse como para darles ganas de volver.