Eloy Baeza es un cantautor católico y escritor. Sin embargo, de adolescente creía que iba a ser futbolista. "En uno de los entrenamientos, no hice calentamiento y sentí una molestia en la rodilla, perdí la fuerza y caí". Esto ocurrió tres veces y, al final, ya no se pudo levantar.
"Fui diagnosticado con fractura en la rodilla derecha. Ya no pude volver jugar futbol, pero, gracias a eso, me relacioné con la música". Con su guitarra, comenzó a cantar para Dios en el ministerio de música de su parroquia.
Sintiendo el llamado de ayudar a sanar a la gente, quiso estudiar medicina; "pero mis papás no me lo permitieron por la cuestión económica". Así que estudió enfermería, y trabaja en un hospital de seguridad social.
La fortaleza de la oración ante dos grandes pérdidas
El hermano mayor de Eloy se casó con una muchacha de familia narcotraficante y fue acusado de posesión de drogas y encarcelado. "Su esposa lo abandonó y perdimos los pocos bienes que tenía mi papá para contratar abogados. A los cuatro años de estar en prisión, mi hermano salió libre".
Después de esto, se dedicó a la agricultura, con su padre. "Mi hermano nunca llegaba tarde, hasta que una mañana no llegó. Mi papá fue a buscarlo y encontró su camioneta abandonada y abierta, y su teléfono en el asiento. Lo habían secuestrado".
"Mi papá cayó en depresión y, todas las enfermedades que ya tenía, se complicaron. A los once meses del secuestro de mi hermano, mi papá falleció".
"Mi mamá consiguió el expediente de mi hermano en el Ministerio Público e iba a las casas preguntando qué habían visto porque la autoridad no hacía nada. Se convirtió en una madre detective y yo vi lo que ella podía hacer a través de la fortaleza que le daba la oración".
Han pasado 15 años y la familia Baeza no volvió a saber nada del hijo desaparecido.
Esclerosis múltiple y cáncer
Eloy, convertido en el sostén de su familia, dejó la música católica y se dedicó exclusivamente a la enfermería.
Gracias a una beca que obtuvo, estudió una especialización en Cuidados Intensivos, por lo que le tocó estar muy en contacto con la muerte.
"Eso te hace consciente de la fragilidad humana y de la necesidad de buscar a Dios; y me llevó a querer seguir sirviendo al Señor con la música. Encontré en ella la voz del Señor, y descubrí que parte de mi llamado era compartir esa voz a través de mis canciones".
Cuando, con otra beca, estudiaba Gestión en un hospital de especialidades de Culiacán, Sinaloa, fue diagnosticado con esclerosis múltiple. "A la semana de esto (el diagnóstico) me llamó mi mamá y me dijo que ella tenía cáncer. Oré mucho y decidí dejar el curso y perder la beca para irme a atender a mi mamá. Pero mi tutora me dijo: 'Eloy, Dios proveerá. Quédese, y que aquí atiendan a su madre'. Así fue. Bendito sea Dios, mi mamá está cumpliendo ya cinco años de estar sana".
El milagro que cambió su vida
Como él esperaba morir relativamente pronto a causa de la esclerosis, dijo: "Voy a sacar una canción antes de que me muera, y voy a invertir para producirla en forma". Y así fue como en 2019 sacó el primer tema producido por él, que se titula Ven y reina.
A partir de ahí los síntomas de la esclerosis fueron desapareciendo. Fue a atenderse y la respuesta fue que ya no tenía nada: "Esto es un milagro, o se equivocaron los médicos", le dijeron.
Por su experiencia musical, una universidad de España validó a Eloy como músico, y ahora está por terminar una maestría en Gestión de la Industria Musical. También ha publicado un libro-ruta titulado No te des por vencido, date por vencedor.
"Es como un viaje en historieta —ilustrado por un joven de Colombia— en el que vas interactuando con Jesús. En cada capítulo vas conociendo un valor distinto y aparece un código QR para que puedas escanear una canción que es reflejo de ese valor; además trae muchos ejercicios para orar con la música".