La música puede lograr sensaciones increíbles para nuestra estabilidad emocional y espiritual. Si es religiosa, puede acercarnos a Dios, ayudándonos a adentrarnos más en los momentos de oración. Pero, ¿conoces las ventajas que tiene?
En un artículo de la Universidad de Córdoba, Ana María Gutiérrez comparte los resultados de su investigación sobre la música y su desarrollo en la religión. Esta investigadora expuso ciertos beneficios que, como católico, pueden motivarte a crear una playlist católica si aún no la tienes.
"La música forma parte de la vida espiritual, no solo por estar presente en rituales y liturgias, sino porque permite alcanzar lo trascendental con el simple hecho de escucharla, gracias a la combinación de sus diferentes elementos constitutivos –ritmo, melodía, armonía– y a las profundas emociones evocadas a través de ellos". (Ana María Gutiérrez, 2015)
Beneficios de la música religiosa:
1Ayuda a evocar recuerdos y experiencias
La música nos ayuda a evocar emociones, sobre todo a través de la armonía, melodía, ritmo e instrumentación. Todos estos elementos pueden llevarnos a estados profundos de trance y elevación, lo que nos ayuda a recordar experiencias pasadas que fueron gratificantes y al recordarlas nos llevan a la plenitud.
San Agustín destacó que la música nos ayuda a regular el ánimo y tener sentimientos de placer y éxtasis. Él consideraba que la música era perfecta para contemplar, adorar y tener un encuentro con el Creador íntimamente.
2Fomenta la resiliencia a través de la introspección
Las canciones religiosas nos ayudan a frenar la vida caótica y analizar lo que estamos sintiendo. Es a través de esa inspección a nuestro ser que podemos comprender lo que nos hace falta para ser auténticamente felices. Y al saberlo, buscar herramientas para alcanzar la plenitud y volvernos más fuertes.
Nos ayuda a mejorar como personas, a ponernos una lupa para intentar ver cómo Dios nos ve y buscar la fortaleza en su providencia.
3Mayor inspiración y creatividad
La música nos transporta a nuevos sitios en nuestra mente, nos permite soñar e imaginar nuevas posibilidades que en nuestra cotidianidad no serían tan fáciles de razonar en un principio.
Es ahí donde la inspiración y la creatividad pueden entrar en acción, porque despierta emociones que dejan a nuestros pensamientos volar y nosotros podemos guiarlos a un sentido espiritual.
4Potencian la concentración y rendimiento
La música tranquila nos ayuda a concentrarnos en lo que estamos haciendo, a poner más atención a los detalles. Así como a mejorar el rendimiento debido a que disfrutamos de las canciones; además, nos ayudan como ofrecimiento a Dios en nuestro deber.
5Favorece lazos de comunidad
Un grupo religioso puede ser más unido si hay música de por medio. Lo podemos apreciar en la celebración Eucarística, en la hora santa, después de escuchar un tema sobre Dios; en esos momentos, las melodías y letras traspasan corazones para unirlos a Cristo.
6Una forma de terapia
Escuchar canciones relajantes en momentos de estrés, desánimo o cansancio, pueden elevar significativamente nuestro ánimo. Un momento de pequeña terapia en donde las letras pueden ser el mensaje que necesitas escuchar para la circunstancia que estás viviendo.
Fuente: Gutiérrez, A. M. (2015). La música en el desarrollo de la espiritualidad y la religiosidad. Una aproximación al Cristianismo y al Budismo. ILU. Revista de Ciencias de las Religiones, 20, 91-110.