Los Padres de la Iglesia dejaron una inmensa riqueza con sus tratados y escritos, los cuales han ayudado a entender a fondo las enseñanzas de Jesús en el Evangelio. Veamos un pasaje que todos conocemos bien: Jesús viene a visitar a sus amigas Marta y María, un par de hermanas.
Una se afana en servir a su huésped, mientras la otra se sienta a los pies de Jesús y escucha. Cuando Marta le pide a Jesús que le diga a María que la ayude, Jesús le responde:
"Marta, Marta, te preocupas y te afanas por muchas cosas: Pero una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada" (Lc 10,38-42).
¿Cómo lo interpretaron los Padres de la Iglesia?
Tomemos el comentario sobre el hecho de que María se sentara a los pies de Jesús.
San Juan Crisóstomo comenta:
"No se dice de María simplemente que se sentó cerca de Jesús, sino a sus pies, para mostrar su diligencia, constancia y celo, al oír, y la gran reverencia que sentía por nuestro Señor".
Más poéticamente, san Agustín escribe:
"Cuanto mayor era su humildad al sentarse a sus pies, tanto más recibía de él. Porque las aguas bajan hasta lo más bajo del valle, pero fluyen desde lo alto de la colina".
Otra es que los Padres podían variar en sus interpretaciones de determinados pasajes. San Basilio el Grande critica a Marta, acusándola aparentemente de intentar tentar a Jesús a la gula con la comida que estaba tan ocupada preparando; san Basilio afirma lacónicamente:
"Nuestro Señor no elogió a Marta cuando estaba ocupada en servir mucho".
Sin embargo, san Agustín escribe que si tuviéramos que culpar a Marta por su servicio, entonces "que los hombres dejen de atender a los necesitados… sin preocuparse de qué forastero hay en la aldea necesitado de pan".
¿Qué significa que "María ha elegido la mejor parte"?
¿Qué dicen, pues, los Padres sobre el núcleo de este pasaje? ¿Qué significa que "María ha elegido la mejor parte"?
Para los Padres, Jesús apunta aquí hacia nuestro destino sobrenatural. Aunque estamos llamados a servirnos unos a otros aquí en la tierra, nuestra realización última es la unión con Dios para siempre: la contemplación de la esencia divina en la eternidad.
Así pues, el trabajo de Marta es ciertamente bueno, pero la parte de María está más cerca de lo que experimentaremos en el cielo: a diferencia del trabajo servil, la contemplación de la palabra de Dios "no será quitada" en la vida venidera.
Así, como dice san Gregorio:
"Las obras de la vida activa pasan con el cuerpo, pero los gozos de la vida contemplativa más bien comienzan a aumentar desde el fin."
San Agustín escribe que aquí tanto Marta como María representan a la Iglesia: Marta, la Iglesia actual que "recibe al Señor en su corazón"; María, la Iglesia futura que "se deleitará solo en la Sabiduría".
Cuando se intenta comprender un pasaje difícil o misterioso de los Evangelios, a menudo puede ser útil recurrir a los Padres y ver cómo lo leen ellos.